Capítulo 30 -Voy Solo-

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Al llegar a casa, Colette y Edgar vieron a su padre sentado en la mesa del comedor, escribiendo unas cosas.

-¡Hola niños! ¿Cómo les fue en la escuela? -les preguntó Byron, parándose de sus asiento para recibir a sus hijos.

-Hola papá. Nos fue bien y... ¿Qué haces aquí tan temprano?-preguntó Edgar.

-Tuve un leve accidente laboral y me mandaron a casa. -suspiró Byron.

-¿Qué te pasó?-le preguntó Colette.

-Me hice una quemadura de segundo grado en mi mano. -contó Byron, mostrando su mano vendada.

-¿Vas a permanecer en casa por un tiempo? -le preguntó Edgar.

-Me temo que sí. -dijo Byron- Ya está listo el almuerzo, comamos.

-¿Y cómo se supone que cocinaste con una mano herida, papá? -le preguntó su hija, preocupada.

-Eso no importa. Siéntense, yo les sirvo. -respondió Byron, yendo a la cocina.

Los dos hermanos se miraron entre sí, algo extrañados con la actitud de su padre, para finalmente sentarse.

-Eh... ¿Papá? ¿Te acuerdas de Fang? -le preguntó Edgar.

-Sí, claro que me acuerdo de él, ¿por? -le preguntó Byron.

-Es que... Él nos invitó a su casa para mañana, para conocer a sus padres. Estaba pensando en pedirte permiso, pero si es necesario quedarnos en casa para ayudarte, no hay problema. -le explicó su hijo.

-¿Cómo así de "conocer a sus padres"? Han ido varias veces a casa de ese chico, ¿cómo no conocen a sus padres? -le preguntó Byron, sirviendoles los platos a los chicos.

-Es que ellos pasan fuera de la ciudad, trabajando. Fang no los ve mucho, y vienen estos días de paso. -suspiró Edgar.

-¿Y ese niño vive con alguien más o pasa solo? -les preguntó su padre, interesado en el tema.

-Hasta donde sabemos, vive sólo. Por eso nos invita tanto a su casa; para no estar tan solo. -le contó Edgar.

-Pobre niño. Uno de estos días, invitalo acá, para que no pase tan solito. -le sugirió Byron- Ah, y si no han conocido a sus padres, no hay problema con que vayan.

-Yo no pienso ir, no contigo así, papá. Te ayudaré con lo que necesites al volver de la escuela. -exclamó Colette de repente- Dile a Fang que lo siento, y explícale por qué yo no voy.

-...Entiendo, Colette. Yo le explicaré a Fang. -suspiró su hermano.

Los tres se quedaron callados, sin tener mucho más por hablar.
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El siguiente día de clases no pasó nada destacable, sólo fue un día tenso; Colette no fue a la escuela para ayudar a su papá, Buster y Maisie estaban en silencio; sabiendo a lo que Edgar se podía enfrentar hoy en la tarde, Edgar notablemente nervioso por tener que enfrentarse solo a personas que no conocía, y Fang algo irritado sin razón apartente.

Al llegar la tarde, Edgar finalmente se presentó a la casa de Fang. Trató de verse lo más decente posible, y tocó la puerta. Tuvo suerte de que haya sido Fang el que le abriera.

-Hola, Edgar. Te ves bien. ¿Y Colette? -le preguntó Fang.

-Hola. Colette no pudo venir; está ayudando a mi papá en casa, porque él se quemó. -le explicó Edgar.

-Qué mal por tu papá, Edgy. Pasa, mi mamá está en la cocina. -lo invitó Fang.

-Ah, claro. ¿Tu mamá es simpática? -le preguntó Edgar, nervioso.

-Pruebalo por ti mismo, pero mejor que mi papá, sí. -le aseguró Fang.

Al entrar a la cocina, Edgar vió a la mamá de Fang. Era una mujer de aproximadamente 40 años, aparentemente.

Fang se acercó a ella y le habló normalmente, sólo que no fue en español, pareció ser... ¿Chino? Lo peor, es que ella le respondió un poco en el mismo idioma,  antes de regañarlo un poco en español.

-¡Ay, Fang! ¿Para qué hablas chino frente a tu amigo? Sabes que hablo español. -le dijo su madre.

-Lo sé, mamá. Fue por mero gusto. -se rió Fang- Volviendo a lo que te decía, este es Edgar. Su hermana no pudo venir por motivos personales.

-Eh... Hola, es un gusto. -saludó Edgar- Lamento la ausencia de mi hermana, es que tiene que ayudar a mi papá mientras él este con un vendaje en una de sus manos.

-Claro, lo entiendo totalmente, aunque no sé si mi esposo se lo tome igual. -se rió ella, volviendo a la cocina.

Los chicos se sentaron en la sala. Edgar había quedado pensando un segundo; eso no estuvo tan mal, ni siquiera pensó que la madre de Fang fuera así.

-Oye, Fang, tu mamá es simpática. No fue nada de lo que nos explicó Maisie y Buster. -le susurró Edgar.

-Bueno, también Maisie y Buster no los ven hace tiempo, y la primera impresión fue mala. En realidad mi mamá no es mala, sólo que cerca de mi papá, no puede hacer mucho. Él la controla mucho. -le explicó Fang.

-Ah, claro. Tiene sentido.

Misión Extra-Escolar!! (FangxEdgar) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora