Capítulo 19 -Dudas-

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Al pasar el rato, a Edgar le subió de nuevo la fiebre, así que Fang lo dejó para que él pudiera descansar en total paz.

A Fang que quedaron algunas preguntas; ¿qué tiene Edgar con el tema de su madre y todo eso? ¿Por qué no le gustará hacer mover su bufanda fuera de casa?

En el momento, Fang iba bajando las escaleras hasta llegar al pasillo de abajo, en donde se topó con Colette, quien había salido de su habitación para buscar algo de comer a la cocina.

-¿Fang? ¿Ya te vas? -le preguntó Colette al chico.

-Oh, sí. Es que Edgar estaba afiebrado, así que lo dejé dormir para que descanse. -explicó Fang- Aunque... ¿Te puedo hacer una pregunta?

-Claro, ¿qué pasa?

-Hoy fue la primera vez que vi a la bufanda de Edgar moverse. Okay, fue increíble y todo pero él me mencionó que era heredada de su familia materna, pero al mencionar lo último, lo dijo con cierto desagrado... ¿Qué pasó con su madre, si me permiten saber? -preguntó Fang.

-Ah, nuestra madre. -se dijo Colette a sí misma- Mira, si le preguntaras a Edgar o a mi papá, no te dirán nada, aunque a mí no me importa hablar del tema. -dijo Colette, encogiendose de hombros.

-¿Qué pasó para que eviten tanto el tema? -preguntó el joven.

-Bueno, mi madre siempre fue.. Rara para hacer las cosas. Ella jodió y jodió a mi papá porque quería quedar embarazada, y cuando lo hizo, estaba esperando al hijo con ansias... Y nací yo. Se decepcionó al segundo que el doctor me mostró. Ella siempre dijo que yo era una "niña rara que nunca tendría un futuro", y por eso se negó a hacer algo más que amamantarme. -empezó a explicar la chica.

-Oh, empezamos fuerte. -se dijo Fang.

-Claro que sí. Ella no tenía NADA de sentido materno, o así fue, hasta que nació Edgar. Él era el niño de sus ojos, le veía un gran futuro, siempre lo consentía y alentaba. Mi padre siempre discutía con ella por el notorio favoritismo que había, pero ella no cambiaba. Aunque eso nunca afectó a Edgar, no se aprovechaba, no me perjudicaba, de hecho, él insistía para que mi madre interactuara conmigo. Nunca nos hemos separado como hermanos con Edgar. -siguió la chica con su relato.

-¿Y la parte de la bufanda? -preguntó Fang de repente.

-Para allá voy, paciencia. -dijo Colette con una seña de silencio- En fin. Todo siguió así hasta el cumpleaños número nueve de Edgar. Bueno, en mi familia materna, cuando una NIÑA de la familia cumplía nueve, se le hereda una bufanda con vida propia que solo obedecerá a su ama. ¿Qué problema hay? Es que mi madre no me dió la bufanda a mí al cumplir nueve, se lo dió a Edgar, rompiendo totalmente todo el legado.-Colette suspiró.

-¿Algo más? -preguntó Fang, lleno de información.

-Me acuerdo perfectamente de lo que pasó en el cumpleaños de Edgar; el se vistió de morado y rojo y yo simplemente de rojo. Él sopló sus velas de cumpleaños y abrió sus regalos, todo normal, hasta que yo quise ir a buscar una galleta a la cocina. Yo entré a la casa para ir a la cocina (cabe aclarar que la cocina en ese entonces estaba al fondo de un pasillo con habitaciones), y escucho una conversación entre mis padres desde su habitación. -contó Colette.

-Yo me apoyé en la pared con la oreja pegada a esta para escuchar. «¡¿Cómo le diste la bufanda a Edgar?! ¡Va en contra de tu tradición familiar!» Le escuché hablar a mi papá. «Pues da igual. De todas formas, mi Edgar se merece más esa bufanda que Colette» La escuché decir. «¿Sabes qué? Me estoy hartando de ti y de tu favoritismo. Si no vas a amar nuestros hijos por igual, entonces no tienes el derecho de ser mi esposa.» Le dijo mi papá a mi madre. «¿No me dejarías ver a Edgar nunca más si fuera así?»  «Ni a Edgar, ni a Colette, ni a nadie de esta familia.» -suspiró Colette de manera melancólica.

-Yo tenía once años, me dolió escuchar todo eso. Sollozando me fui a la cocina, me comí una galleta para calmarme, me sequé las lágrimas y volví a la fiesta. Después de todo, no quería arruinar el cumpleaños de mi hermanito.-concluyó Colette.

-¿A los once años, escuchar todo eso? Ouch. -dijo Fang con un suspiro.

-De hecho, ahí hay un cuadro con una foto de ese cumpleaños. La tomaron antes de todo lo que escuché.

-Ahí estás tú, y ese debe ser... ¿Edgy? ¿Por qué tiene el pelo blanco? -preguntó Fang, viendo la foto.

-Je je, no le digas a Edgar que yo te dije. Él se tiñe el pelo, porque dice que con su color natural parece viejo de setenta años. Aunque yo digo que el color platinado es lindo, ¿no? -dijo Colette, encogiendose de hombros.

-Oh... Claro. -dijo Fang, viendo la imagen de Edgar cuando era un niño.
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Edgar de niño:

Edgar de niño:

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Misión Extra-Escolar!! (FangxEdgar) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora