Ahí estaba Mandy, frente a frente con Bibi. Estaba esperando un batazo o un leve discurso antes del batazo, pero fue totalmente distinto lo que sucedió.
-Hola, Mandy. ¿Vienes hasta aquí por tu cuenta, verdad? -le preguntó Bibi.
-Eh... Sí, literalmente yo te ofrecí esto. -se rió Mandy con nerviosismo.
-¿Y por qué hablaste con el grupito de Fang después de nuestro diálogo? -preguntó Bibi de nuevo.
-Yo no hablé con nadie, solo Chester fue testigo. -respondió, desviando su mirada.
-Eso no fue lo que me contaron. -le dijo, cruzándose de brazos- Nadie en su sano juicio pediría que lo golpearan, a menos que sea masoquista. ¿Eres masoquista, Mandy?
-No, no lo soy. Sólo no quería involucrar a mi amigo en esto, y ya está. -contestó Mandy, volviendo a mirarla.
-Ah claro, entonces quieres que te golpee sólo porque tu amigo no tiene nada que ver, no porque quieres usar tus golpes en mi contra más tarde, ¿no? -le preguntó Bibi.
-Tú... ¿Por qué te enteras de todo o qué? -le preguntó Mandy de vuelta.
-Crow y Emz se mantienen atentos a todo, no es una sorpresa. Pero dime, ¿por qué me odias? Hice de todo para que a tu pequeño puesto le vaya bien. -preguntó, con un leve tono de lastima sarcástico.
-Tú me molestabas desde que eramos niñas, me robabas y luego me amenazabas. Sólo empezaste a tratarme bien porque no tenías a nadie más para tu plan. -Mandy frunció sus cejas.
-Los niños pueden ser crueles, pero cambian al crecer. Tal vez no he cambiado, pero ahora pienso mejor en lo que hago. Sé que si te golpeo ahora, más tarde eso me va a perjudicar. Me descuidé al golpear a Fang, y no lo haré de nuevo contigo. -Bibi se encogió de hombros.
-¡Se supone que me golpearías! ¡Iba a usar tus acciones en tu contra! ¡Te iba a ver caer! ¿Por qué eso cambió? -exclamó Mandy, pensando un segundo- ¡Haré que el resto de personas que te quedan en el Consejo estén en tu contra, incluyendo a ese tipo que tienes al lado que no me acuerdo de cómo se llama! -le amenazó Mandy.
-¿Sigues creyendo que tienes derecho a amenazarme? Max todavía no entiende lo que es el bien y el mal, para ella todo es una competencia. Es imposible que Emz se aleje de mí, sabiendo que ella daría todo para mantenerme como su amiga. Y Crow... Bueno, no sé, pregúntale a él. -Bibi se encogió de hombros- Pero no va a ser fácil persuadirlos, menos con tu habilidades sociales.
-A esos tres los tienes comiendo de tu mano como palomas de plaza. ¿Y todo por un poco de dinero? -le cuestionó Mandy.
-De hecho, yo creo que sería más un cuervo que-
-¡Cállate Crow! -le interrumpió Bibi- Y no, Mandy. Aparte del dinero, también es el poder. No me gustaría ser como tú, alguien que han molestado toda su vida, y más, nadie se ha dado cuenta de ello. -se burló Bibi.
Mandy se quedó callada, antes de irse en silencio del lugar.
Ella actúo como si se fuera a casa, pero realmente fue al punto de encuentro donde estarían esperándola.
-Mandy, ¿estás bien? ¿Hay algo que sanar? -le preguntó Edgar.
-¿No te pasó nada? -le preguntó Chester.
-No, no me golpeó. Ella supo de mi idea antes de encontrarnos, y no quizo que tengamos más cosas en su contra. -suspiró Mandy.
-¿Entonces no te pasó nada, y aparte no tenemos más evidencias? -le preguntó Edgar.
-No me pasó nada, pero no significa que no tenga más evidencia. -sonrió, sacándose su celular del bolsillo.
-¿Tienes algo más? ¿Cómo? -preguntó Fang.
-Buster me sugirió grabar mi conversación con Bibi, y eso hice. Tengo en audio mi conversación con ella. Todo lo que me hablamos es una evidencia. -se rió Mandy.
-Muy bien, Mandy. Obtuviste evidencia, y lo mejor es que no tuviste que arriesgarte. -la felicitó Edgar.
-Bien, ¿no tenemos nada más que hacer? Entonces vayamonos, que la última vez que me quedé deambulando a esta hora, me resfrié. -recordó Chester.
-Bueno, pero primero déjame mandarle lo que grabé a Edgar, al menos. -sugirió, sentándose a pasarse el número con Edgar.
Pasaron unos minutos, primero escuchando el audio y después tratando de pasarse número con Edgar.
Fang rompió el silencio, hablándole a su amigo.
-Oye Edgar, ¿te puedo invitar a salir mañana? -le preguntó, mirándolo de reojo.
-¿Qué? ¿Y por qué la invitación tan repentina? -le preguntó Edgar.
-¿No te puedo invitar a una salida? Vayamos a un parque, a comer helado. Somos buenos amigos, y no hemos salido, ¿no crees? -explicó Fang.
-Estamos en invierno, Fang. Lo máximo son trece grados, y quieres comer helado. -se rió Edgar.
-Entonces un café, o té, pero salgamos. -insistió Fang.
-...Bien, todo dependerá de lo diga mi papá. -respondió Edgar- Mandy, ya me llegó el audio, muchas gracias.
Mandy y Chester se miraron de reojo, después de sentir que estaban arruinando algo.
