Misión Extra-Escolar!! (FangxEdgar)

Capítulo 37 -Otro Cuento-

-Bueno, me sacaste la duda de encima. -comentó Fang.

-Ahora yo quiero saber tu infancia, ¿por qué le tienes tanta mala a tu padre? -preguntó Edgar.

-Ah, ¿por dónde empiezo? Creo que antes de que yo naciera, cuando mi mamá era soltera. Te lo explicaré mejor esta vez. Ella viajó hasta aquí desde su país natal para ser parte de la empresa familiar. Tenía listos sus estudios y una buena experiencia laboral para tener un puesto alto en esa empresa, pero se tuvo que enamorar. El hombre más misogeno, machista y homófobo que pudo escoger, era mi padre. Se casó con ella sólo para ganar la confianza de la familia y quitarle el puesto a mi mamá. Y no conforme con ello, la convirtió en una ama de casa que no puede salir si no es con él. -explicó Fang.

-Empiezo a entender el odio a tu papá. -comentó Edgar.

-¿Y cómo no? Bueno, cuando nací, para variar mi papá sólo dejó que mi mamá no fuera con él a sus viajes de negocios sólo porque tenía que amamantarme. Y cuando dejé de tomar leche materna, me tiró a mi abuela materna para que me cuide el resto de la infancia. -se rió Fang- Y hasta ahora lo agradezco, quizás hubiera crecido con la mentalidad de mi papá si me criaba.

-¿Tienes abuela? ¿Materna o paterna? -preguntó Edgar.

-Sí, tengo una abuela materna viviendo en la ciudad. Ella es la mejor persona que me pudo criar, sinceramente. Y desde que me cambié de escuela, a veces la voy a ir a visitar. Después de todo, ambos pasamos igual de solos. -rió Fang.

-Entonces, tu abuela materna te cuidaba, ¿y estaba de acuerdo con que su hija fuera tratada así? -le preguntó Edgar.

-Para nada. Ella fue la única que nunca confió en mi papá, y vaya que tenía razón. -suspiró este- Ese señor me hacía competir en deportes inesecarios pero que por alguna razón, disfrutaba. ¿Lo peor? Es que era mi abuela la que me iba a ver, no él. Y las contadas veces que fue, era para meterme la mentalidad de ganador. ¿Te acuerdas que te dije que dejé el Karate por un segundo lugar?

-Hmm... Sí, me acuerdo.

-Bueno, él me había ido a ver a esa última pelea. Me rebajó cuando quedé segundo y no primero. Pero mi yo de nueve años no tenía ganas de seguirle el juego a alguien que veo 6 veces al año. Me salí del Karate, para que 4 meses después me metiera a Kung-Fu. -se encogió de hombros.

-Ah, por eso eres tan presumido a veces. -se rió.

-Lamentablemente, sí. Tengo la necesidad de que vean que soy bueno, merecedor de estar en el podio. -se rió junto a él.

-¿Así que ahora soportas el segundo y tercer lugar? -le preguntó Edgar.

-No. Los sigo odiando, pero lo agradezco antes de no estar ni en el podio. -suspiró Fang.

-Hmm... ¡Oye, mira la hora! Mi papá va a llegar como en quince minutos. Es mejor que te vayas si no quieres que se oscurezca o que mi papá te mantenga aquí a cenar. -se paró.
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En la puerta de la casa, la despedida fue un abrazo más leve y una gratitud por la ayuda. Edgar cerró la puerta, y venía su hermana de la cocina.

-¿Qué estaban haciendo o qué? -le preguntó Colette.

-Estabamos haciendo una maqueta, y después nos pusimos a conversar literalmente de la vida. -explicó Edgar.

-Ustedes dos hablan alto. Los escuché desde mi habitación, ¿Fang te preguntó algo de mamá o algo así? -preguntó su hermana.

-Ehm... Sí. Pero su curiosidad empezó gracias a ti, que por alguna razón le contaste de nuestra vida hace quizás cuanto tiempo. -respondió Edgar.

-Y esa vez le conté porque tu mostrabas rechazo a hablar de mamá. Obviamente iba a quedar con la curiosidad, Edgar. -respondió su hermana se vuelta.

-Sí, pero me devolvió el favor. Me contó un poco de su historia. -Edgar se cruzó de brazos- Él fue criado por su abuela de niño, y su padre no lo ha visto casi nunca. Su mamá no es mala, sólo que es manipulada por su esposo. Y Fang a veces es presumido o trata de ser el líder de todo porque su papá le inyectó una personalidad de ganador las .

-Ah... Ahora tiene sentido el por qué es el líder de la misión.-asintió Colette.

-Supongo que sí... -suspiró su hermano.