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Bueno sí.

Estoy ardiendo en celos.

- ¡Tom! - dió un brinco y mi novio la alzó en el aire dando las vueltas, ¿dónde almacenaba tanto descaro la perra esa? ¿Por qué Tom le sonreía como enamorado? ¿Por qué los miraba como si estuviera presenciando una bonita escena de enamorados en una pelicula de amor? ¿Por qué seguía parado mirando como hablaban y sonreían? ¿Por qué todo a mi alrededor se volvió gris y venía a los doble G como un par de monigotes burlándose de mi?

- ¡Bill! - el monigote de Geo alzaba sus manos ante mis ojos y me llamaba. - ¡Mierda Bill, reacciona! - me sacudió tomandome los hombros y recién todo cobró sentido.

- ¿Eh? - miré a mi alrededor buscando a Tom con la mirada, estaba sentado con la rubia y su mejor amigo en una de las mesas para dos de la cafetería.

- ¡No lo puedo creer! - chiclló cruzandose de brazos igual mirando a la mesa. - ¿Has visto eso? ¡No solo Tom babea por ella, Gustav también y no estoy soportando tanta competencia!

- Geo... - coloqué ambas manos a cada lado de mi cabeza y respiré.

- ¡Hay que hacer algo!

- No harémos nada, ¿sí? - rodee los ojos, tratando de buscar cualquier distracción pero no evitaba regresar al lugar dónde estaban esos tres riendose sin saber nada más del mundo. Vi como la castaña cabellera de Georg caminaba a pasos grandes hasta posarse frente a Gustav.

Tenía tres opciones:

Uno: Seguirle el juego a Georg y portarme como un idiota delante de ella.

Dos: Llevarme a Georg por la fuerza, alejarlo del lugar e irnos de la cafetería y actuar como si nada me importara.

Tres: Unirme a la charla tan interesante que parecían estar teniendo.

Opté por la uno.

Porque así era yo.

Caminé lentamente hasta la mesa que se encontraban Milena y JC muy acaramelados.

- ¿Me permiten? - agarré su vacito de café, Milena al regresar a ver a la mesa entendió todo. Sacó su móvil, texteó un par de cosas y abrió la aplicación de grabar video.

- Adelante Billie. - se puso de pie y me sonrió malvada. Estaba quemandome porque el vacito era desechable y no aguantaba más, caminé casi corriendo y el vacito se me cayó "accidentalmente" en la ropa de la rubia.

- ¡AAAAH IDIOTA! - me gritó, Georg me miró con sonrisa y chocamos los cinco. Gustav y Tom estaban asustados mirando a la rubia de ojos hazel poniendose de pie. - ¿¡Qué te pasa estúpida!?

- ¡No le grites! - saltó Sam en mi defensa, había llegado con todo su grupo de amigos y me dió chiste.

Que montonera.

- Tranquilos todos. - hablé relajado cruzándome de brazos. - Fue un accidente, ¿verdad? - miré a Milena y asintió dejando de grabar lo que sucedió.

- Bill, ¿qué has hecho? - Tom molesto tomó mi brazo tratando de sacarme de la cafetería. Rápido le di un manotazo y me crucé de brazos.

- En serio fue un accidente.

- Mierda, Bill. - gruñó molesto. - Te pasaste.

- ¡Esa perra tiene que devolverme mi blusa sacada del desfile de versace! - me reí a carcajadas junto a todos los chicos que estaban atentos al problema. - ¡Es original!

- Tom, - mi mejor amigo posicionó su mano en su brazo. - ¿De dónde sacaste a esa loca?

- Respeta Georg. - le dijo en un tono duro, nada amable.

- Vámonos Georgita. - su novio tomó su cintura y le jaló alejandolo de nosotros.

- ¡Soy Georg, no Georgita! - le gritó y los vi salir en discuciones por parte del castaño, su novio solo se reía tratando de explicarle.

- Tommy cariño, ¿me acompañas a limpiarme? - Doménica rodeó el cuerpo de mi hombre en sus brazos de forma dramática, el mismo no tardó en corresponderle y salir de la cafetería dandome una última mirada.

- ¿Y esa? - preguntó Anneth parándose a mi lado. - ¿Quién es?

- Es nueva, ¿no ves?

- Ya pero Tom parece conocerla de hace tiempo.

- Es cierto.

- No lo entiendo.

- Yo tampoco.

- Creo que esos dos son más que amigos. - se burló Sam, la miré sin expresión en mi rostro. - Lo siento.

- ¿Nos vamos a quedar parados aquí sin hacer nada?

- Si pudimos con Charlotte podemos con esa...

- Doménica. - murmuré de mala gana.

- Ya pues, Bill. Estamos a tus órdenes.

- Yo... no sé... - respondí con un nudo en la garganta, pero no iba a llorar.

No me importaba.

- ¡A este paso nos van a dejar en una familia disfuncional! ¡No puedo soportarlo!

- ¡No Alex! ¡No digas eso! ¡Yo amo a mis papis!

- ¿Quieren cerrar la puta boca de una buena vez? - formulé pausadamente irritado por todo lo que estaba oyendo, cerré los ojos y suspiré con pesadez. El aire no llegaba a mi nariz, mis manos estaban frías, comenzaba a mirar estrellas y me dejé caer. No escuchaba con claridad las voces que hablaban al mismo tiempo, veía borroso y me sentía mareado.

*

- Debe desayunar, es por eso que se desmayó. - me senté de golpe en la camilla, el olor a medicamentos llegaba a mi nariz causandome nauceas. - También debe mantenerse tranquilo, sin alteraciones al menos como por una semana. - la enfermera de la escuela hablaba con alguien, no lograba decifrar de quién era la voz. - Le voy dar unas pastillas para que se calme un poco y le llevas a casa. - la ví entrar con su uniforme completamente de blanco y con Tom detrás, quién corrió con semblante preocupado. - Oh, ya despertó.

- Cariño, ¿estás bien? - mi mano fue la que respondió, no yo. Le di un manotazo en la mejilla que retumbó en la habitación. Me miró con la boca entre abierta y se acarició la zona antes golpeada.

- Cielos chicos, vamos a calmarnos un poco.

- Déjeme a solas con él.

- No olvides lo que te dije. - recogió un par de cuadernillos y salió cerrando la puerta a su detrás.

- Por mi te puedes ir bien a la mierda. - le dije, me bajé de la camilla dispuesto a irme pero aún me sentía débil.

- Billie amor, nada de lo que piensas es verdad.

El corazón se me encogió haciendose un puño, por un momento pensé en tirarme a sus brazos y pedirle disculpas pero yo no era así.

- ¿Y cuál es la verdad? - pregunté frunciendo el ceño. - ¿O me vas a negar que casi se te caía la baba cuando la viste llegar? - silencio. - ¿¡Sabes qué!? ¡No me digas nada porque tu y yo... - sus labios se posaron sobre los míos y me callé.

Que rico.

𝑰𝒕'𝒔 𝑩𝒊𝒍𝒍𝒊𝒆 𝑩𝒊𝒕𝒄𝒉 2 <𝑻𝑶𝑳𝑳>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora