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BILL

- Te pedí que hables con él y mira cómo está... ya sé que a ninguno de los dos nos conviene que ellos sigan siendo pareja, pero... casi me dejas sin mi hijo.

Me dolía la cabeza, los murmullos de mi madre hablando con no sé quién me hicieron abrir los ojos de a poco, la luz blanca de la habitación por poco y me deja ciego.

- Agh, no es para tanto mujer...

- ¿No? Mi hijo está postrado en esa cama, maldición.

- Cómo sea, ya me voy. - hubo un silencio que casi me deja sordo. Cerré los ojos nuevamente, estaba cansado.

- Bill hijo ya me voy... me duele separarme de tí pero me voy tranquila sabiendo que Sam estará cuidandote. - sentí que me besó en la frente y luego irse.

No recuerdo mucho de lo que pasó, las imagenes del padre de Tom golpeandome venían de a poco. Entonces recordé que me amenazó para que me alejara de su hijo y/o mi familia pagaría las consecuencias.

Ahora que si demostró de lo que era capaz con todo el dolor del mundo tenía que alejarme de Tom.

- ¡Entra Kaulitz! - me alegré mucho de escuchar a Sam y nervioso de saber que Tom estaba ahí parado sin dejar de mirarme. - Recuerda que solo tienes diez minutos.

- Billie... - una lagrima se deslizó y se perdió en las vendas que tenía en la cabeza. Sentí sus labios en los míos sin presionarlos, estaba ansioso por responderle de la misma manera pero no podía porque mi cuerpo no obedecía. - No me importa tener que verte todos los días por diez minutos, me es suficiente... Te mandé a hacer un collar con un dije que tiene una foto nuestra...

¿Cómo así?

- La tomé yo mientras dormías como un bebé la noche que me quedé en tu casa, Bill...

Maldita la curiosidad que tenía de ver esa foto. Tom se acercó y me colocó el collar con dificultad, me removí adolorido y se dió cuenta de ello. Abrí los ojos mirando el techo y luego a Tom.

- ¡Samanta! - gritó sin moverse, aplastó el botón que estaba en la cabizera de la cama <de esos que llaman a los doctores>. El brillo en sus ojos volvió y no pude evitar sentirme bien. - Bill has despertado, joder.

El doctor hizo que Tom se alejara de la cama un poco, comenzó a analizarme y sonrió con tranquilidad.

- ¿Le pasa algo a Bill?

- Despertó.

- Dios...

- Bill, ¿me escuchas bien? - preguntó mirandome.

- S-si...

- Bueno no hables, hagamos esto... parpadea una vez para que sea sí y dos veces para un no, ¿sí? - parpadee una vez. - A ver, ¿te duele la cabeza? - volví a parpadear una vez. - ¿Crees poder mover las manos y mostrarme cinco dedos?

Alcé mi mano izquierda con lentitud.

- Es impresionante, creímos que no despertarías en un buen tiempo, eh.

- Hierba mala nunca muere, doc. - bromeó haciendolos reir. Yo rodee los ojos por la estúpidez que dijo Sam.

- Bien, uno más... ¿sabes quienes son ellos dos?

Los miré a ambos y ellos a mi esperando una respuesta de mi parte ansiosos, pensé que era la hora de actuar y librarle de una vez a Tom de mí, más para que sea feliz y no causar más problemas que afecten a mi familia.

Parpadié dos veces.

- Doctor, ¿qué pasa? ¿cómo que no?

La cara descompuesta de ambos me dañó a mi también.

- Sam... - rodeó el cuerpo de mi hermana en sus brazos al ver que estaba perdiendo el control.

- ¿Recuerdas como te llamas?

Otras dos veces más.

- Es todo por hoy.

- Doctor no entiendo... - miraba atento a las tres personas que estaban frente a mi de pie.

- Voy a ser muy sincero, el que haya despertado tan rápido me sorprende y me asusta porque eso pudo causarle la pérdida de memoria.

Me burlé en mi interior porque ese doctor no sabe nada de lo que dice.

*

-

¿Cómo te llamas tú?

- Samanta.

- Ah, ¿y ella? - señalé a mi madre que estaba llorando sin control junto a Gordon.

- Simone.

Quería morirme de la risa, para evitarlo solo cerré los ojos y me concentré en meterme bien en el papel. Mis padres han estado metidos por todo un mes tratando de hacerme "recordar" los momentos tan lindos que hemos tenido en familia.

El doctor me dió de alta en la mañana y ahora estaba en mi casa, en mi habitación reposando como una mujer despues de parir.

- No me acuerdo, en serio. - me coloqué mi pijama de minnie mouse y me acosté en la cama. Aún tenía las vendas en la cabeza y no podía hacer mucho esfuerzo.

- ¿Tampoco recuerdas que tienes un novio?

- ¿Novio? ¿Yo?

- Se llama Tom Kaulitz, el chico que estaba conmigo...

- Tom. - me hice el pensativo. - El tipo rapero de rastas, que tiene un piercing en el labio y de ojos bonitos, ¿ese?

- Sí. - su rostro se iluminó y una sonrisa apareció. - ¿Te acuerdas?

- No.

- Que mierda.

- Sam...

- Que mierda, Gordon, que mierda. Pues que mi-er-da. - me reí divertido.

- ¿Pueden dejarme solo con ella? - me dirigí a mis padres cruzandome de brazos. - Quiero que me hable más de ese  Tom.

- Tom no es tu novio, Bill.

- ¿Ah? ¿Cuál de todos nosotros es Bill?

- Tú.

- Ah, ya... de todas formas, vayanse señores padres de ese Bill.

- Te quiero hijo. - se acercó a darme un abrazo pero me alejé, me relamí los labios con picardía y los vi marcharse cerrando la puerta a su detrás.

- ¿Qué le pasa? - pregunté extrañado a mi hermana mientras se acercaba a mi.

- No lo sé, Billie.

- Billie. - murmuré. - Que nombre tan lindo, ¿quién me lo puso?

- Tu nombre es Bill pero Tom te llama Billie de cariño, ya sabes... como cualquier enamorado lo haría con la persona que ama.

- ¿Y me amaba?

- Mucho Bill... antes del accidente el volvió a pedirte de una manera formal que seas su novio. - agarró mi mano con suavidad. - ¿Puedo? - asentí mirando lo que hacía, señaló mi mano y vi que en mi dedo aún seguían ambas argollas que me dió Tom.

- Es una T.

- Sí, es por su nombre y el tiene la B en su mano... y la de más atrás creo que te la dió cuando aceptaste ser su novio por primera vez.

- Que hermoso... Agh, ¿cómo era?

- ¿Qué?

- Tu nombre.

- Samanta.

𝑰𝒕'𝒔 𝑩𝒊𝒍𝒍𝒊𝒆 𝑩𝒊𝒕𝒄𝒉 2 &lt;𝑻𝑶𝑳𝑳&gt;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora