Ni siquiera parecía estar feliz de verme, bufé caminando a buscar otra cerveza lejos de él con Georg a mi detrás ignorando por completo a Gustav que se quedó embobado mirandolo.
- ¡Me ha ignorado, Geo! ¡Ya no me quiere! - tomé la cerveza como si estuviera sediento.
- Que eso no te arruine los planes, cariño. - animó Georg pasandome otra bebida, chocamos las latas y volvimos al lugar con los demás.
- ¡Bill! - me llamó Heydan caminando con dos mujeres de poca ropa. Una de cabello negro corto y buen cuerpo y la otra; de cabello largo, mulata e igual buen cuerpo. - Ella es Paola. - le besó a la pelinegra. - Y ella es Alice.
- Hola guapo. - Paola se acercó a mi descaradamente a mi, me puse demasiado nervioso. Georg había desaparecido con la mulata y ni cuenta me dí.
- Eh, hola...
- ¡Rápido Bill! - me dió un empujón acercandome más a la pelinegra. - A Tom ya le dimos la suya.
- ¿La suya?
- Sí. - se mordió el labio. - Es una rubia de buenas pechugas, hijo.
¿Celoso?
¿Quién?
Oh, sí.
Yo.
Entonces atraje a Paola entre mis brazos y caminé hasta un asiento vacío en frente de Tom, la senté en mis piernas y la besé descaradamente bajando mi mano para acariciar sus piernas sin ser grosero.
- Cuidado te la comes, Bill. - se burló Tom tratando de ocultar lo evidente, hice contacto visual con el sin ninguna reacción en mi rostro mientras nuestros compañeros se burlaban del comentario que hizo.
- ¡Bueno, bueno ya! - habló Julián apagando las luces led y encendiendo unas de colores de discoteca. La música la pusieron a más volumen y todos se pusieron a bailar.
Cuando se cansaron de hacerlo hicieron juegos para no aburrirse en los cuales yo no participé porque no me llamaban la atención lo suficiente como para hacerlo, yo estaba sentado a un lado con Paola hablando de cualquier tontería y riendo porque las cervezas nos afectaron hasta un punto impresionable.
- ¿Quieres ir a un lugar más privado? - me susurró al oido cambiando de tema, le di el último sorbo a mi lata y la tiré a donde sea. Me levanté ~ agarrando otras dos latas más en mis bolsillos ~ y tomé la mano de Paola hasta perdernos por las escaleras y entrar a la primera habitación pero estaba ocupada, seguimos hasta encontrar una disponible y entramos.
Nos besabamos con desesperación mientras caminabamos hasta llegar a la cama, la recosté yo estando sobre ella sin cargar mucho el peso en su cuerpo. Buscó mi mano y la guió a su entrepierna. Con temor la toqué. Abrió más sus piernas y adentré tocando su punto débil.
- Joder, me descuido un momento y ya estás aquí. - Tom me alzó sin mucho esfuerzo como si se tratara de una pluma alejandome de Paola.
- ¿¡Qué te pasa!? - le grité dandole un manotazo en la espalda fingiendo molestia.
En realidad estaba muy contento de que haya venido.
- Linda, ¿me dejas a solas con mi EX novio? - hizo énfasis en "ex". La chica me miró confundida y sin decir nada salió casi corriendo.
Tom se giró para verme y le solté un manotazo que detuvo fácil, me apegó a su cuerpo haciendo que todos mis nervios salieran a flor de piel. No me resistí más y me lo besé con todas las ganas del mundo.
Lo tiré a la cama con fuerza y no le hice esperar, me quité la ropa quedando en la hermosa lencería que compré especialmente para él y me subí en su cuerpo.
- Mierda. - susurró contra mis labios para continuar con el beso y tocandome a su antojo.
Esta si era la despedida de soltero que Tom se merecía...
No sé por cuanto tiempo estuvimos besandonos pero ambos teníamos una erección que dolía restregandose entre sí. Me separé con lentitud mirandole a los ojos con una sonrisa, bajé mis manos hasta sus pantalones para bajar lo suficiente junto a los boxers para masturbarle.
- Me vuelve tan loco que uses esa ropa. - acarició mis piernas ascendiendo hasta tocar la tela de la diminuta tanga que usaba. - Pero me vuelve más cuando estás sin ella. - entonces me volteó para quedar sobre mi y romper lo que le estorbaba.
Abrió paso entre mis piernas juntando su masculinidad sobre la mía para masturbarnos al mismo tiempo, cerré los ojos disfrutando de la sensación tan maravillosa que me estaba dando.
- Hmm... - gemí mordiendome el labio inferior cuando dejó de hacerlo y guiar su intimidad hasta mi entrada y meterla sin más. - ¡Ah..!
- Billie... - empezó a mover sus caderas con rapidez, hundió su cabeza en mi cuello para besarme.
Volví a sentirme lleno y completo nuevamente. Era una sensación que solo él sabía darme y me encantaba. Quería que fuera así siempre.
- ¡Hmm, Tom! ¡Oh!
Sus caderas se movían con mas violencia, se alejó de mi cuello para callar mis gemidos con su boca. Ambos estabamos tan excitados entregandonos a la situación que nos olvidamos por completo de las personas que se encontraban abajo.
- Eres mío, Bill. - terminó por romper lo que quedaba de la lencería en mi cuerpo y lo tiró a un lado. - Y yo soy tuyo, ¿oiste?
No le respondí, estaba tragandome mis gemidos con su mano en mi boca a si que solo me limité a asentir mirandole a los ojos. Se rió al darse cuenta de ello y quitó su mano reemplazandola con su boca.
Volteamos nuevamente pero esta vez el detrás de mi en posición de cucharita, alzó mi pierna y volvió a meter su miembro duro en mi. Su brazo rodeó mi cuello y lo apretó moviendo sus caderas.
- Oh, Tom... sí... - se recargó en mi cuerpo para poder moverse mejor, su otra mano libre acariciaba mi cuerpo hasta llegar a mi erección la cual masturbó con muchas ganas.
Mi cuerpo tembló en sus brazos sintiendo de una como el calor me recorría haciendome correr junto con él explosivamente, respirabamos de forma violenta mientras nos dejabamos caer en la cama. Salió de mi y se acomodó la ropa, yo igual repetí su acción después se limpiarme.
Estaba a punto de irse pero no se lo permití.
- ¿Qué pasa? - preguntó mirandome extrañado, no hice nada más que volver a besarlo.
- No te cases, por favor...