Entré a la ducha para darme un buen baño después de tenirme el cabello nuevamente, me coloqué una mascarilla hidratante para el rostro y los labios.
Extrañaba darme baños de tina durante una hora porque me hacía sentirme más relajado.
Aunque después de lo de anoche, ¿para qué más relajación?
Tomé el móvil y marqué el número de Tom, quería saber cómo está y también saber si ya llegó.
- ¿Hola?
- Tom, soy Bill.
- Billie, hola.
Era yo o me hablaba en un tono seco y cortante.
- ¿Interrumpo algo?
- Estoy algo ocupado en unos asuntos.
- Oh, bueno ¿te llamo luego?
- No, Billie, yo voy a devolverte la llamada.
- Bien, adiós. - colgué y regresé el móvil a su lugar.
Lo hubiera aprovechado anoche que estaba borracho, insistiendome en que no durmiera y me quedara con él; despiertos.
Accedí. En medio de besos, abrazos y caricias que nos dabamos el uno al otro. Hasta volvimos a entregarnos con... amor.
Lo sentí tan intimo que quisiera volver a repetirlo.
Miré en mi mano el par de anillos que tenía, les di un beso en medio de una sonrisa y suspiré.
Ojalá no hubiera pasado todo esto, yo también quería hacer algo bonito por el para celebrar nuestro...
Agh.
Ni siquiera me acordaba cuantos meses de noviazgo ya llevabamos con todo esto.
Tal vez otra escapadita y sexo con la vista al mar sea una buena opción.Mordí el piercing que tenía en la lengua y sonreí. El móvil comenzó a sonar y lo respondí emocionado.
- Billie.
- Hola Tom, ¿cómo estás?
- Estoy muy estresado, no sabes como me regañó la nana por no llegar anoche.
- Mierda... - me reí por lo bajo.
- No te preocupes, le dije que fui contigo y que me cuidaste... bien.
- Claro, no es mentira. - miré al techo emocionado. - ¿Tienes planes para hoy?
- Pensaba mirar el partido de baloncesto en casa de Gustav y su novio.
- ¿No quieres ir conmigo a ver el partido en vivo?
- ¿Acaso te interesa el baloncesto?
- Sí. - mentí. En realidad no me gustaba pero si había investigado a través de Georg que habría un partido importante y quería ser yo quien lo lleve. - Y me gustaría verlo contigo.
- Paso por ti a las cuatro, Billie. - colgué con una sonrisa entusiasmada y salí de la ducha.
*
- Buenos días. - soltó con una sonrisa burlona de oreja a oreja. - ¿Qué tal tu noche? ¿Te duele?
- No sé de qué hablas...
- La cogida de ayer... la que te dió Tom.
Levanté las cejas tratando de fingir sorpresa, la verdad es que me importaba poco que nos haya oido.
- Cuentame todo, no sabes como me excité de oirlos coger a ambos.
- Estás enferma, Sofía.
- Samanta idiota.