🔞CONTENIDO GEORGXGUSTAV +18🔞
Gustav me besaba de una forma tan apasionada mientras apretaba mi trasero con sus manos grandes, estaba muy necesitado de ellos, de sus caricias; todo lo que tenga que ver con él.
- ¿Dónde está Bill? - en medio de un suspiro me separé de Gustav y miré a Tom quien volvió a aparecer en escena con su pregunta, la verdad es que siempre estuvo ahí y por tirarme a los brazos de mi novio el desapareció de nuestras vistas.
- Está en mi habitación... durmiendo. - me crucé de brazos. - Ha estado llorando toda la noche porque no te diste el tiempo de hacerle una llamada.
- ¿Puedo ir a verle? - asentí y lo vi entrar a mi casa, cerré la puerta a mi detrás y volví a tirarme a los labios de Gustav para besarle nuevamente con ansias, no sentía ni el frío que estaba haciendo porque ambos sabíamos que pasaba en el cuerpo del otro. Tomé su mano y entramos al jardín de mi casa, tenía un árbol de limones grande. Empujé a Gustav hacia el y guié mis manos a sus pantalones bajandoles junto con sus boxers. Su miembro salió disparado rozandome la punta de la nariz, no le hice esperar más y lo metí en mi boca para hacerle una mamada que solo yo sabía darle.
- Georgita... - gimió mi nombre en medio de un suspiro. - Los chicos nos pueden ver.
Apreté su miembro con mi boca sin usar los dientes y continué haciendole sexo oral; lo escupía y masturbaba deslizando mi mano. No duró mucho porque el chorro de semen salió disparado salpicando en mi mano, me lo limpié con la lengua y lo miré con un tono burlesco.
- ¿Precoz?
- No Georgita. - me tomó del cabello con suavidad y ahora yo estaba contra el arbol, mi rostro en la madera fría y Gustav deslizando su polla en mi entrada. No tuvo ni una pizca de delicadeza porque se movía tan rápido, ahogó mis gemidos con sus manos y sus caderas chocaban en mi parte trasera formando sonidos secos. Mi pene segregaba mucho líquido y no dudé en usarlo como lubricante para masturbarme con facilidad y rápido. - Te dediqué unas tantas en poco tiempo...
- Hmm... - le mordí la palma de su mano con delicadeza. Heché mi cabeza hacia atras cerrando los ojos y dejandome llevar. - ¡Hmm!
- Geo, no sabes cuanto extrañé estar contigo y dentro de ti... - entonces quitó su mano de mi boca y quitó mi mano de mi pene para masturbarme.
- Oh, G-Gusta-v... hmmm... - sus movimientos se volvieron más bruscos, más profundos que chocaron con mi próstata y me corrí manchando el árbol, abrí los ojos, tenía una buena vista de la media luna brillando entre nosotros dos. El líquido caliente de mi novio me llenó por completo y se recargó en mi espalda tratando de recuperarse.
- Te amo Georgita, muchísimo y que no te quede la duda.
- Te amo un mundo, Gus. - y nos besamos para sellar nuestro amor.
—
BILL
—
Seguía haciendome el dormido, escuchaba cada una de sus palabras bonitas tratando de despertarme pero no iba a seder. Estaba dolido por no tomarse el tiempo suficiente al menos para preguntarme que como estoy o para decirme un hola, no le iba a perdonar nunca.
- Bill, ya llegué por tí. - me removí haciendo quejidos bajo las cobijas, pero no le iba a dar la cara. Sentí las mismas quitarse de mi cuerpo dejandome en exhibición ante los ojos de mi novio que me miraba divertido, me tallé un ojo tratando de fingir que recién me desperté pero fue en vano. Tom me dió un almohadazo tan fuerte que me hizo levantarme de la cama a la defensiva. - Sabía que estabas despierto, Billie. - me lanzó otra almohadazo pero lo esquivé y le dí a él en las costillas.
- ¡Te odio!
- Mentir es malo, Billie. - tiró su almohada al suelo, yo aproveché para darle otro que evitó tratando de quitarmela. Forcejeamos tanto que en un abrir y cerrar de ojos Tom me dió con la misma en el trasero haciendome caer de rodillas.
- Mejor vete antes de que te cuelgue de las rastas en el árbol de Georg, Tom. - me levante, cogí las cobijas que estaban en el suelo para tenderlas nuevamente.
- No me importa. - lo ignoré y seguí acomodando. - Si me das el culo de esa forma, ¿cómo esperas a que tome en serio la charla tan linda que estamos teniendo?
Sentí la sangre subir hasta mi rostro y me giré a mirarlo.
- ¿Acaso Geo no te ha dicho lo que le pedí?
- ¿Tiene que decirme algo?
- ¡Sí! - me acerqué amenazante a él y mientras hablaba comencé a picotearle en el pecho con el dedo. - ¡Le pedi a mi buen amigo Georg que te diga a tí; Tom Kaulitz que tú y yo...
- Bill me dijo que te diga a ti que en caso de que se durmiera te preguntara que si te han gustado las cartas. - interrumpió Georg desde la puerta, fruncí el ceño mientras regresaba a verlo. Lo iba a insultar y le iba a decir del mal que se iba a morir; en un descuido de mi parte Tom me dió un beso en la mejilla haciendome olvidar todo eso en menos de un segundo.
- Si me encantaron, Billie. Gracias a esas cartas he podido mantenerme en pie pensando que estás ahí conmigo.
- Tom...
- No digas nada. - colocó sus manos en mi cintura, seguía volado que ni siquiera reaccioné al contacto de sus labios sobre los míos moviendose con lentitud. Cerré con calma los ojos y me dejé llevar del sabor de sus labios,
¿Quién era yo para negarme a ellos?
Si los extrañaba como a nadie en el mundo, en esos tres días mi boca estaba seca y hoy que llegó él se han humedecido con ansias.
Rodee su cuello con mis brazos apegandolo más a mi, estoy consciente que formé una tormenta en un vaso de agua, haciendole un lío a mi mejor amigo pero era porque extrañaba de él.
Sentir sus labios con los míos era como probar de un manjar tan exquisito y provocativo, era atractivo como la miel para los osos y ardiente para mí.
- Te extrañé Tom.
