- Yo escuché... escuché a mamá hablar con alguien pero no sabía que era ese señor. Te juro que no.
- ¿Qué importa ahora? Lo consiguieron ambos, finalmente tú estas lejos de Tom y él se va a casar.
- No...
- ¿Ahora ves por qué la odio?
Me quedé en silencio mirandola a los ojos, le di un abrazo mientras lloraba sin control.
- ¿Entonces quién es tu familia, Samanta? - pregunté safándome de su agarre y acariciandole las mejillas.
- No lo sé... quizás es una familia adinerada que le vale perder un hijo porque fácilmente lo puede reemplazar por otro o una familia pobre que fue amenazada y ahora está muerta.
- Tu familia somos nosotros, Sam. - lo dijo mi madre al abrir la puerta con sus llaves, mi hermana se tensó al oirla.
Sin hacerle mucho caso cerró la maleta ~ que no vi cuando entré ~ y la puso a su lado.
- Buscame en casa de mi novia en por si acaso deseas hablarme o pedirme cualquier consejo.
- ¿Cómo? ¿Te vas? - la miré suplicante.
- Si, no puedo estar ni un segundo más con esta mujer mientras siga mintiendote.
- Sam por favor. - le quité la maleta y la alejé de ella. - No puedes dejarme, te necesito más que a nadie en el mundo.
- Bill.
- Por favor. - le di un abrazo de oso, fuerte y atosigante. - Hazlo por mí, tu hermanito que te ama mucho y no te mentiría jamás.
- Bien, pero que se salga tu madre y se vaya de mi habitación.
Había olvidado que mi madre aún seguía mirandonos desde el marco de la puerta, me giré para verle y no hubo necesidad de decirle nada. Cerró la puerta y se fue.
- Mierda. - habló en un tono burlezco. - ¿En serio pensaste que me iría?
La miré con una sonrisa y sorpresivo.
- Pues si, ya me sentí muy triste.
- No pienso dejarte solo con Simone, prometo morderme la lengua y callarme.
- Te quiero, Sam. - le di un beso en la frente y la abracé otra vez.
- Yo mucho más slenderman.
- ¿Por qué? Si mi rostro es hermoso.
- No lo digo por feo, si no por grandote. - nos miramos en silencio y luego estallamos en carcajadas.
*
-
¿Fiesta de despedida de soltero? - pregunté mirando al ex capitán de los piratas.
- Sí. - volvió a afirmar con una sonrisa. - ¡No debes faltar! Es una sorpresa para Tom.
- ¡No! - miré a Charlotte. - Bill debe ir a la despedida de soltera de Doménica.
- Bill es un hombre... diría de pecho peludo pero es mentira.
- ¿¡Qué hablas ve!? - le gritó Sam aguantandose la risa.
- ¿Cuando me has visto tú?
- Nada, pero por algo le debes atraer a Tom... a parte de tu hermosa carita que se ve bastante femenina. - dibujó un miembro imaginario con el dedo y bufé. - La cosa es que vaya con nosotros y se divierta como debe ser.
- ¿Me puedo unir yo?
- No eres hombre, Sam.
- Exacto, a parte habrán algunos culitos disponibles para ti. - me miró con una cara pervertida mientras me daba un codazo haciendome reir.
