- ¿Estás idiota?
- ¡No estoy idiota! ¡Estoy enamorado!
- Vas a tener que aguntar las ganas y empezar a hacer maletas para unas vacaciones regaladas en Berlín.
- ¿Berlín? - comenzamos a caminar saliendo se la escuela.
- Sí, ¿olvidas que nuestros padres tienen una casa de campo por ahí?
- ¿Para qué quiero yo unas vacaciones de campo en Berlín?
- Pues iremos todos los chicos porque el miércoles ya son las vacaciones de fin de año, Bill.
- ¿Y qué?
- ¡Que después de la boda de Kaulitz nos largaremos todos a la puta casa de campo!
- ¡Yo no quiero, Samanta!
- ¡Entonces comete un fajo de mierda!
- ¡Hablar contigo no se puede! ¡Nunca se sabe que es lo que quieres y lo que no!
- ¡Lo único que quiero es que el amor de mi vida no se case con alguien que no soy yo!
- ¡Pues ve y dile!
- ¡Ya le dije y no quiere!
- ¡Obligale entonces!
- ¡No puedo hacerlo! ¡Ya está decidido a casarse!
- No me jodas. - abrió la puerta de la casa y entramos. Me sorprendió mucho ver a mis padres en la mesa del comedor con la comida lista.
- Hola chicos.
Sam fue la única que saludó a mis padres, yo no lo hice porque no me dió la puta gana.
- ¿Bill?
- ¿Qué? - me senté en la mesa.
- Tu madre te ha saludado.
- Agh, no es mi madre.
- Billie...
- Creí que la única persona que me decía "Billie" era Tom.
Entonces mi madre se puso palida al oir el nombre de mi ex novio, le di una sonrisa de oreja a oreja.
- No es mentira. - interrumpió Sam de la misma forma. - Ma, ¿cuando lo invitamos nuevamente a un domingo de familia?
- Nunca, Sam.
- Mira que ya mismo se va a casar, ¡luego se volverá un amo de casa y no le darán tiempo para nada!
Eso no me gustó.
- Ya lo sabíamos, su padre gentilmente nos invitó e iremos para no quedar mal con su familia. - miré a mi padre arqueando las cejas.
- Nosotros seremos las damas por parte de Tom.
- Que... bueno.
- Ustedes que se han vuelto intimos de la familia Kaulitz, ¿dónde va a ser la recepción? No me ubico las calles.
- En la mansión playera de los Kaulitz.
- ¿Cómo sabes, eh, Simone?
- ¿Y si comemos en silencio?
- Agh, ¡siempre tan misteriosos ustedes dos!
- Sam respeta.
- ¡No! ¡Siempre que la cagan buscan la manera de que no nos demos cuenta! ¡Suelta la sopa ya, Simone! O te juro que...
- ¿Qué, Samanta? ¿Que vas a jurarme?
- Me iré de tu puta casa a un lugar donde ¡no me mientan más! - eso si que no, Sam no podía dejarme solo con mis padres. - Tengo los recursos suficientes para irme y llevarme a Bill.
Eso si me gustó.
- ¿Qué te hace pensar que te hemos mentido?
- ¡Todo Gordon, todo!
- Sam. - toqué su mano para que se calmara un poco. - Tranquila.
- No Bill, déjala que siga.
- Simone basta. - regañó mi padre.
- ¿Qué es lo que deseas saber?
A decir verdad yo también quería saber todo lo que escondían y mantenerme tranquilo en todo esto me ponía los vellos de punta.
- Toda la maldita verdad, sin omitir detalles o algo por el estilo.
- Bien.
- No Simone.
- Preguntame...
Sam se quedó en silencio mientras las lagrimas le salían a montones mientras miraba a mi madre, se levantó de la silla dando un golpe a la mesa.
- Te odio, Simone. ¡Te odio con toda mi vida! - corrió a la planta de arriba, el sonido de la puerta siendo azotada nos hizo dar un salto a los tres.
- ¿Por qué me odia si no hice nada más que protegerla?
Me levanté yo también de la mesa para irme, no quería ser grosero con ella cuando claramente sabía muy bien el por qué de nuestra actitud hacia ambos.
Subí hasta la habitación de Sam y golpee la puerta; se abrió dejandome pasar a la habitación de Sam y me senté en la cama junto con ella.
- ¿Qué pasa? ¿En serio la odias?
- Odio que te mienta, Bill.
- ¿Mentirme? ¿En qué?
Se quedó callada mirando al suelo.
- ¿Sam?
- Bill yo... escuché algo sobre un trato con el señor Kaulitz y mamá le reclamaba algo.
- ¿Cuando? ¿Dónde estaba yo?
- Fue el día que despertaste, yo estaba en la cafetería y vi al señor Kaulitz encontrarse con mamá en la recepción, ambos caminaron hasta entrar a tu habitación y tú sabes muy bien que no me quedo tranquila hasta saber que sucede... - asentí esperando a que siguiera. - Simone le gritaba que el señor solo tenía que darte un susto para que te separes de Tom, que no estaba segura porque ella veía en Tom al hijo que perdió, ¿entiendes?
- No...
- Simone piensa que Tom y tú son hermanos pero esa duda está aclaradísima aquí entre nos. cuando le pedí al doctor que les hiciera esa prueba de ADN a ambos... el mismo Tom estaba de acuerdo en eso.
- ¿Hermanos? - fruncí el ceño. - No entiendo, Sam.
- Kaulitz cumple años el mismo día que tu, idiota.
- Pero...
- ¡Simone está detrás de todo esto! - gritó en un susurro. - Tu propia madre te quiso mandar a matar.
- Pero... - volví a insistir. No me dejaba hablar.
- Ningún pero Bill, nadie le hizo perder ese puto hijo ¡ella misma lo mató en un arranque de ira!
Empezaba a ponerme ansioso.
- ¡Simone tuvo una relación a escondidas de Gordon con el padre de Tom!
Ahora respiraba agitado.
- ¡Ese maldito hijo que iba a nacer lo mató porque el señor Kaulitz decidió quedarse con Emma al enterarse que iba a nacer Tom!
- Sam, es muy serio lo que me estas contando.
- Lo sé... lo que más me duele es saber que yo ni siquiera fui adoptada de un orfanato como me hicieron creer, fui robada de los brazos de mi familia como un premio consuelo de la estupidez que hizo tu madre.
- ¿Qué? - ahora lloraba junto con ella.
- Lo que oiste... el padre de Tom es tan hijo de puta como tu maldita madre.
- Dios mio. - me tapé la boca evitando que mis lloriqueos se escuchen afuera. - No puedo creer lo que me estás diciendo, ¡yo mismo vi los papeles de tu adopción en la habitación de mis padres una noche que buscaba uno de los libros de Gordon!
- ¡Reacciona idiota! - me samarreó tomandome de los hombros. - ¡Todo es falso! ¡Ya no sigas tratando de ocultar lo evidente!
