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- Yo te mato. - ambos nos levantamos de la mesa con lentitud, ella lista para atacarme y yo; listo para correr por mi vida.

- Primero déjame explicarte, ¿está bien?

- De una vez, Bill. - seguí su mirada y me di cuenta que estaba posada en los cuchillos de todos los tamaños.

Bufé nervioso.

- El padre de Tom trató de matarme en la noche tan especial que me preparó Tom... el me amenazó con que si no dejaba a su hijo ustedes pagarían las consecuencias, ¿sabes lo que significa eso para mi?

Mi hermana se llevó ambas manos a la boca reprimiendose cualquier tipo de grosería.

- Yo tenía mucho miedo por ustedes, por mí... hasta por el propio Tom. Yo no quiero que les haga daño, Sam.

- ¡Pero pudiste denunciarle!

- ¡No! - empecé a llorar. - Es su palabra contra la mía. Ese señor es un político importante y tiene muchas influencias en el país... no tuve más remedio que fingir y ser grosero con él, ¡y me desespero porque tampoco está funcionando!

- Hay que decirle a Kaulitz lo que pasa...

- ¡No! - me apresuré a decir temeroso.

- ¡Date cuenta! Podríamos impedir que se desgracie la vida si es que es verdad que se va a casar.

- Sam, en serio no. No quiero que su padre me amenace o haga algo.

- Agh, eres tan marica...

- Gracias. - le sonreí en forma de mueca.

- Ya que no quieres decirle... hagamos que Kaulitz se decepcione de una vez de ti.

- Parece contentarte esa idea.

- No, me duele volver a una familia disfuncional.

- Déjame salir con Tom una última vez y luego te encargas, ¿sí? - le propuse con una mirada de súplica, acercandome a ella a pasos lentos.

- Eres un completo idiota. - entonces le abracé dandole un beso en la frente.

- Te amo.

*

- Ahí hay asientos vacíos. - señaló en la parte alta, caminamos un poco más por las personas y nos sentamos en las bancas vacías. Estabamos tomados de las manos y puestos guantes, el frío era tan intenso, que traspasaba mi tejido epitelial colandose hasta mis huesos.

Antes de entrar compramos comida rápida en uno de los puestos que estaban ahí puesto que la fila estaba demasiado larga. Me dolían incluso las piernas ya que estuvimos alrededor de tres horas parados, pero valió la pena porque en ningún momento me aburrí. Tom me conversaba, coqueteaba e incluso me robaba besos que me hacían sonrojar.

- ¿Sabes? Lo bueno de todo esto es que el partido inicia en media hora. - habló Tom sacandome de mis pensamientos, lo miré con una sonrisa y besé su mano.

- Entramos con las justas.

- Cierto, pero muero de frío. - me hizo un puchero que no me resistí y le besé en los labios. - Ay, pensé que no entenderías la indirecta.

Me reí por lo bajo.

- Sí la entendí y muy bien.

- Mira ahí. - señaló la pantalla grande que estaba en el medio, estaba presentando videos musicales... me recordaba a los partidos de baseball que pasaban en la tele, era algo similar. - Si esa cosa nos llega a enfocar no voy a dudar en besarte y te lo digo de una vez para que estés preparado.

- En caso de que nos llegue a enfocar voy a besarte con todo el gusto del mundo.

Estaba ansioso, lo deseaba más que a nadie.

Entonces las cámaras empezaron a grabar a las parejas, sonreían y se besaban, otras solo saludaban, algunas se tapaban el rostro y yo seguía esperando mi turno.

- Cre... - entonces la cámara nos enfocó y Tom me besó, le respondí el beso rodeando su cuello con mis brazos. Abrí un ojo para mirar la pantalla y nos pusieron un filtro de cupido flechandonos a ambos. Nos separamos con una sonrisa y siguió con las demás pareja.

- ¡Chocolate caliente! ¡Café! ¡Aromáticas! - gritó el señor bajando las escaleras, levanté el brazo y se acercó hasta mi asiento. - ¿Qué va a querer?

- Un café y dos aromáticas por favor.

- Agarralos. - tomé el vacito de espuma flex con café y se lo extendí a Tom, el de agua aromática me lo cogí yo. Le pagué al señor y volví la mirada a la cancha.

El partido estaba por iniciar.

- El café está muy bueno, ¿sabes? - me dió una mirada muy sexy, en mi cabeza solo había una señal de peligro.

- Debe ser, a mi me gusta muy poco.

Miré la pantalla la cual cambió a un marcador al comenzar el partido, me emocionaba ver a Tom muy contento disfrutar del partido. Se enojaba mientras insultaba a los jugadores por no meter la bola y luego decía que los amaba. Me daba miradas rápidas las cuales respondía con una sonrisa o un guiño. Para no aburrirme me tomé en un total de cinco vacitos de aromática. En momentos yo también me paraba para alentar al equipo y me sentaba cuando me cansaba de hacerlo. Seguramente Tom mañana amanecería afónico de tanto gritar.

Me burlé de él cuando el partido terminó porque su equipo perdió con un total de 55 canastas a 48. Para consolarlo acepté en ir a que se sacara una foto con su jugador favorito.

La expresión le cambió totalmente cuando le entregaron la foto y la colocó en el parabrisas de su auto al lado de la foto mía que tenía.

Yo mismo la puse ahí apenas me subí.

Me llevó a mi casa pero no me bajé, me rondaba la duda sobre lo que me dijo Sam y tenía que saberlo por su propia boca. Tomé su barbilla para acercarle a mi boca y darle un beso suave, quería que me lo dijera sin rodeos.

- Tom... ¿es cierto que te vas a casar?

Silencio.

- Quiero que seas sincero, no quiero que juegues conmigo.

- Bill. - suspiró con pesadez. - Es cierto, yo... yo voy a casarme con Doménica.

Sentí mis ojos llenarse de lagrimas, me dolía pero así tenian que ser las cosas desde que su padre me lo advirtió.

- ¿Por qué sigues tratando de enamorarme?

- Porque quiero tener tu apoyo para seguir con esto, no es fácil para mí... me negué tantas veces pero esta vez creí que aceptando será la única solución de que me dejen tranquilo.

- Ya no trates de enamorarme, por favor, si quieres mi apoyo lo vas a tener pero solo como amigos y nada más.

𝑰𝒕'𝒔 𝑩𝒊𝒍𝒍𝒊𝒆 𝑩𝒊𝒕𝒄𝒉 2 <𝑻𝑶𝑳𝑳>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora