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- ¡Me fuiste infiel, Tommy!

- No Bill, si no le seguí el beso no cuenta como una infidelidad.

- Si lo es, ¡me fuiste infiel!

- ¡No Bill, jamás lo haría!

- ¡Dije que sí! - acunó su rostro entre sus manos fingiendo llorar. - Yo que te amaba mucho no puedo creer que hayas destrozado mi corazoncito así.

- Joder...

- Ya no te amo, Tommy.

- Oye no me digas eso que me duele.

- Ya no te amo. - volvió a repetir.

- Bill si me amas.

- No, ya no.

- Oh, claro que sí.

- No...

- Bill.

- Tommy.

- Si me amas, ¿está bien? - asintió acomodandose la camisa en la cabeza sonriente.

- Te amo Tommy. - vi a Gustav acercarse a mi rostro muy concentrado en el papel y cuando estuvo lo suficientemente cerca estallamos en carcajadas por su falsa imitación. - Mierda, eres tan estúpido, en serio.

- En realidad no me ayudaste en nada pero gracias y buenas noches.

- Descansa.

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- Hoy es su último día aquí, chicos. Vamos a hacer las últimas actividades que tenemos pendientes y a las seis pueden ir al club que está cerca en las afueras de la ciudad.

Dicha esa orden nos dispersamos cada grupo para hacer nuestra actividad; la de mi grupo era hacer los huecos para los arboles. Busqué mi pala con la vista, no estaba en el lugar que la dejé.

- ¿Dónde está mi pala, Julián? - le pregunté acercandome a él a paso lento, la tierra se undía en las botas de caucho y me desagradaba.

- Gato la está usando, dijo que sería tu pareja... obligó a Gustav a irse con Ruben.

- Mierda, yo no quiero hacer equipo con...

- ¡Tom! - lo oí llamarme acercandose a paso rápido.

- ...él. - concluí en un susurro y suspire girando a verlo con mi mejor sonrisa falsa e hipócrita. - ¿Qué pasa?

- Estoy esperandote para ir a hacer el hueco, nuestro árbol ya esta listo.

- ¿Y Gustav? - pregunté cruzandome de brazos y sabiendo lo que hizo, pero de todas formas quería que el me lo dijera.

- Bueno... - me miró mientras sacaba un pañito y se limpiaba el sudor, no es por sonar grosero pero me recuerda a los perros cuando se pasan la lengua a cada rato aseandose. Me burlé de eso internamente. - Lo ví irse con Ruben y supuse que estaría compartiendo hueco, a si que aproveché para yo coger un hueco y hacerlo contigo.

- Ah...

- Sí.

- Ya.

- Ya.

- Ya...

- ¡Vayan a abrir el hueco rápido par de maricas! - rodee los ojos y suspiré adelantandome a caminar. Le arrebaté la pala para comenzar a formar un nuevo hueco no tan profundo, estaba tan molesto que no me di cuenta de que me pasé de profundo. Suspiré con pesadez, me escupí en las manos y comencé a escalar la buena cantidad de tierra que estaba formando el papel de cuatro paredes; pero fallé resbalandome y cayendome al suelo.

- ¡Tom! - gritó gato desde arriba. - ¿Necesitas ayuda?

- No verás, aquí estoy bien.

- Oh, bueno. Pensé que sí.

- ¡PUES CLARO QUE NECESITO AYUDA, IDIOTA!

- ¡No me grites o no te ayudo! - lo vi quedarse en el mismo lugar, campante y mirandome como si nada.

- ¿¡Pero qué esperas!?

- ¡Ya! - corrió desapareciendo de mi vista, me dejé caer en el suelo molesto.

Esperé alrededor de una hora para que Gustav y un par de amigos me tiraran una escalera para poder salir, tenía que darme un baño porque mi cabello y todo el uniforme azul estaba repleto de tierra. Estaba de muy mal genio, ni siquiera le di las gracias a mi mejor amigo.
Simplemente me dirigí en silencio hasta mi habitación compartida, me metí al baño y me desnudé sin quitarme los boxers. El agua caía sobre mi cabello sintiendolo pesado, vi como salía color chocolate el agua y suspiré. Cerré la llave de agua, tomé el bote de shampoo y agarré una cantidad exagerada poniendola en mi mano para luego hacer espuma.

Aproveché tambien para quitarme los boxers de una vez y deslizar mis manos jabonosas por mi pene, cerré los ojos por un momento imaginandome a Bill a mi detrás haciendo este trabajo por mi causandome una erección de inmediato.

La imaginación fue tan real que las manos de Bill me enjabonaban el cuerpo por la espalda, sonreí apretando sus manos. Abrí el grifo del agua nuevamente para que el líquido limpiara los restos de jabón, las manos suaves de Bill lavaban mis rastas con mucha delicadeza que me sentía como un bebé en sus brazos.

Cuando ya sentí mi cuerpo limpio, al fin abrí los ojos y voltee a verlo con la esperanza de que todo sea verdad y no otra mala jugada de mi cabeza. Gato estaba ahí igual de desnudo, mirandome con deseo y se lanzó a mis labios.

¿Qué mierda sucedía con él?

Y más conmigo por permitir que haga estas cosas y yo no lo detenga para que ya no vuelva a hacerlo nunca más.

- Me encantas, Tom. - dijo al separarse de mí, lo miré y me limpié la boca quitando los restos de su saliva. Busqué la toalla envolviendola en mi cintura y salí del baño en completo silencio. - Tom...

- Quiero que le bajes unos cinco centavos a tu puta actitud conmigo, ¿te quedó claro?

- No. Ya te dije que pelearía con Bill o que aceptaría mi lugar siendo el amante.

- ¡Yo no quiero nada, gato! Quierete un poco, maldición.

- Cuando lo veo, me gusta, lo quiero y lo tengo, ¿entendido?

- Ajá.

- Y te quiero a ti.

- ¡Buscate otro tipo para que te baje la puta calentura! ¡No uno que ya tiene novio!

- ¡Me gusta lo prohibido, Tom! ¡Eres tan prohibido que me encanta!

Le solté un puñetazo en el rostro haciendo que gire su rostro de ipso facto, me regreso a ver con una sonrisa <fue la primera vez que le vi sonreir> y con un hilo de sangre descendiendo de su labio inferior hasta su barbilla.

- Soy muy masoquista, hazlo otra vez.

Claro que me di el gusto de darle otro en el mismo lugar pero con más fuerza, cayó en la cama de Gustav con los brazos extendidos y esa sonrisa de satisfacción mientras me miraba.

- Hazme el amor, Tom. Prometo no decirle a Bill nada de lo que pasó entre tú y yo.

𝑰𝒕'𝒔 𝑩𝒊𝒍𝒍𝒊𝒆 𝑩𝒊𝒕𝒄𝒉 2 &lt;𝑻𝑶𝑳𝑳&gt;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora