Issue [Problemas #2]✔️

Capítulo 21

"No le temo a ir por lo que quiero"

Audrey

Cuando decidí mudarme a Filadelfia no estaba en mis planes lidiar con tanto estrés. Es decir, sabía que no todo sería fácil, Andrew me había advertido mucho sobre eso, pero estar amenazada de muerte por un demente anónimo no figuraba en la guía turística. De igual forma, no me arrepentía en absoluto, había estado más feliz en mi tiempo allí que en toda mi vida en Londres. Me gustaba estar cerca de mi hermano, recuperar mi amistad con Logan y enmendar mi camino con Brandom, pero sobre todo amaba los nuevos vínculos que había formado. Kristal, Amy y Suelym habían sido más que amables conmigo, incluyéndome en su círculo desde el comienzo y mostrándome un concepto de amistad que no había recibido por otras chicas antes. Aunque, había algo más que estaba amando allí. Abraham.

Sonreí inconscientemente al pensar en el recuerdo del trigueño durmiendo pacíficamente en mi cama la noche anterior. Habían sido dos semanas excelentes junto a él y Evie, pero el centro de mis pensamientos estaba completamente desplazado hacia él. No era que no me gustara Evie, lo hacía, era divertida y su toque de inocencia y timidez hacia algunos temas era fascinante de quebrar, pero no podía negar que la única razón por la que me había interesado en ella era para poder llegar a Abraham. De igual forma, había desarrollado extremo apego a nuestra dinámica, o "mi nuevo capricho", como Andrew lo llamaba. Capricho o no, me mantenía feliz y siempre elegiría mi felicidad, incluso si los demás no lo aprobaban; era una de las pocas lecciones que mi madre me enseñó y había aplicado toda mi vida.

Miré con aprobación mi apariencia en el espejo. El ajustado vestido verde me sentaba perfecto y todo el esfuerzo en el maquillaje y mi cabello había valido la pena. Estaba impecable, justo como quería. No era propio de una señorita no lucir perfecta en su cumpleaños, mucho menos si cumplía veintiuno.

Bajé las escaleras de la casa con cuidado, evitando el impulso de saltar de escalón en escalón. Estaba más que feliz esa noche. Al fin podría dejar de colgarme de Logan o Andrew para poder entrar a los bares, quizás mi hermano dejaría de verme como una niña, y posiblemente tendría más libertad. Era una adulta y mis decisiones se respetarían como tal, o al menos eso esperaba. Claro que nadie me dijo que el interruptor de la madurez no se activaba simplemente a las doce de la noche.

No había nadie en el primer piso, básicamente porque estaba llegando tarde adrede a mi propia fiesta. No haces una entrada épica si no hay nadie que te vea llegar. Sería una reunión pequeña, solo los chicos y yo pasando el rato con música y tragos en el Paradox, pero quería que fuera épico.

Un coche blanco estaba aparcado fuera, el generoso y útil regalo de mi hermano. Llevaba casi dos meses en Filadelfia y era obvio que no me iría pronto, así que necesitaba un auto. Extrañaba tener el control del volante, estar relegada al asiento del pasajero era tremendamente aburrido la mayor parte del tiempo. Conduje hasta el club, disfrutando con anticipación cada milla hasta que aparqué en un espacio vacío junto al auto de Amy. El de Roy estaba a su lado, seguido del de Logan. No era una noche importante solo para mí, sería la primera oportunidad que Logan tendría de hablar con Amy desde la noche en que no alcanzó a verla; la castaña lo había evitado cada día, apenas respondiendo sus mensajes de texto para dejarle saber que no estaba enojada por lo que pasó y que entendía que el plan se hubiera salido de control, pero aún así no accedió a verlo en persona ni una sola vez.

Uno de los guardias abrió la puerta para mí, dejándome frente a una multitud de personas en la primera planta. Había reservado el segundo piso en su totalidad, pero me negué a cerrar todo el club para nosotros, tal como Brandom sugirió. No me disgustaban los lugares concurridos, disfrutaba de ver a otras personas llenar los espacios a mi alrededor, me hacía sentir que no era la única intentando disfrutar la vida todo el tiempo. Tomé el camino al VIP, viendo desde las escaleras a los chicos en los sofás distribuidos en el segundo piso.