Odiaba tanto los funerales, irónicamente los últimos a los que había asistido de alguna forma eran mi culpa. Resultaba casi poético que aquel fuera bajo la lluvia. Quizás de haberme dejado mojar por ella hubiera podido borrar mis pecados lejos, o enterrarlos en ese ataúd junto a su padre. Supe que ella nunca me lo perdonaría desde el momento en que saqué el cuchillo de su cuerpo moribundo, pero no tenía marcha atrás. Darío sabía demasiado, y no podía permitir que alguien que no fuera yo le contara la verdad. Ella no lo entendería. Solo si yo lo hacía podría lograr que me perdonara.
—No está llorando —dijo una voz a mi espalda, sacándome de mis pensamientos mientras me percataba de donde había terminado en mi paseo por el cementerio. La tumba de Lina—. ¿Tampoco lloró en el de ella? —preguntó, mirando hacia la tumba a mis pies.
—Lloró mucho —respondí, reajustando el paraguas para poder verle a los ojos—, pero supongo que esta vez se quedó sin lágrimas —volví mi mirada a Suelym, aún seguía allí, mirando el recién cubierto agujero mientras Roy y Logan se quedaban detrás suyo como los perros guardianes en los que se habían convertido—. No deberías estar aquí, Salazar —dije, mirándolo otra vez—. Logan te echará a patadas en cuanto te vea y, como comprenderás, no voy a defenderte.
Salazar asintió, dándole una última mirada a la tumba de Lina antes de dejar una rosa sobre ella. Su figura se perdió en la lluvia, sumida en el mar de paraguas negros en el lugar. Darío tenía muchas personas que se preocuparan por él, Suelym también, sin duda había sido un evento concurrido.
Tuve que retroceder dos pasos cuando un brazo femenino me empujó por el costado. Tuve que contenerme para no devolverle el golpe, recordándome una y otra vez que estábamos en un lugar público.
—Dime que tú no lo hiciste —pidió la morena, portando una cara de angustia tremenda.
—Claro que no —me defendí inmediatamente.
—No me mientas —insistió, guardando una distancia prudencial, como si de repente me temiera—. He escuchado cosas, sobre notas y cartas. Dime que no tienen que ver con las que me hiciste escribir hace años. Dime que no se las enviabas a Suelym.
—Te dije que no —respondí, fingiendo indignación—, ¿cómo me crees capaz de algo así?
—Júramelo —pidió de vuelta, luciendo casi patética.
La culpa se la estaba comiendo viva, podía oler su hedor a pánico a millas de distancia. Así que reuní toda la paciencia que me quedaba y coloqué en mi rostro el más creíble acto de dolor para tranquilizarla.
—Te lo juro, Evie —dije—. Jamás lastimaría a Suelym. Es mi mejor amiga.
Continuará...
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Issue [Problemas #2]✔️
RandomAndrew era un experto en complicaciones, después de todo, su vida era un desastre lleno de ellas. Perdió a sus padres, tuvo que alejarse de sus amigos y dejar atrás a la única chica que en realidad había querido, además de tomar control de toda una...