Capítulo 31

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"Leyenda"

Logan

Oficialmente me había convertido en un anciano.

Eran apenas las tres de la madrugada y yo estaba más que listo para tirarme a la cama y comenzar un proceso de fusión con el colchón hasta desaparecer por las próximas veinticuatro horas. No había dormido nada la noche anterior, continuas pesadillas seguidas de largos periodos de insomnio me habían hecho sentarme en la ventana de mi habitación y quedarme mirando la luna por horas. Lastimosamente y destrozando todas mis esperanzas, ningún auto blanco me trajo a una visitante nocturna que pudiera calmarme.

Aquella noche tampoco había sido opción. Brandom y Kristal, como los tortolos empalagosos que eran, decidieron fusionar sus respectivas despedidas de solteros en una sola. En resumen, nos habían arrastrado a todos por un tour nocturno en la ciudad, básicamente consistente en pasar un rato en dos clubs, algunas paradas rápidas en lugares que las chicas querían ver, como aquella rara tienda de antigüedades, y compras de comida rápida. Habíamos acabado hacía una hora en las carreras de Mad, de alguna forma siempre terminábamos allí, pero había sido más divertido que en otras ocasiones, teníamos invitados. Kaitlyn y Saint habían llegado a Filadelfia hacía dos días para la boda, a pesar de que se celebraría dentro de tres días, ya que la emperatriz estaba ayudando a ultimar algunos detalles de la organización de la ceremonia. No costó más de dos palabras para tener a Kaitlyn a bordo, y Saint la seguiría a donde fuera, así que ahora me dedicaba a ver como Brandom subía a su auto con Kristal luego de ser desafiado por la emperatriz.

—Va a morder el polvo —murmuró Roy, recostado al capó de su auto mientras veía la escena. Estaba borracho, eso era obvio, pero sabía enmascararlo bastante bien.

—Déjalo —intervino Andrew a su lado—, le hará bien ganar un poco de humildad.

Brandom le había ganado a Andrew y Jeremy en la carrera anterior y alardear se convirtió en su actividad favorita por veinte minutos. Kristal seguía en el asiento del copiloto, acompañándole en cada carrera, lo suficiente achispada como para que sus mejillas se hubieran tornado de un sonrojo intenso y sus pasos algo torpes cuando caminaba demasiado.

Volteé a ver como Mad le daba los banderines a Amy, instándole a que diera la señal de salida. Suelym la había dado en la anterior. Me gustaba que Mad estuviera tan acostumbrada a nosotros que nos dejara cumplir nuestros pequeños caprichos, como que nuestras chicas inauguraran las carreras o llegar de improvisto a la lista de participantes. La pelirroja se dio vuelta, como si pudiera escuchar mis pensamientos, y caminó hasta mí.

—¿Tú tampoco correrás hoy? —preguntó la pelirroja a mi lado, recostándose contra la puerta trasera de mi auto— Eso me decepcionaría mucho.

Sonreí. Por supuesto que correría, era la razón por la que apenas había tomado dos copas. Me gustaba estar consciente, además, la curva del último tramo podía ser peligrosa si otros autos estaban muy cerca. Necesitaba estar atento, porque perder no era una opción.

—Claro que lo haré —aseguré, viendo como Saint le daba un beso a su novia antes de alejarse del auto. Suelym le había quitado el derecho al asiento del copiloto, así que no tenía otra opción que quedarse con nosotros esperando tras la línea de meta. Al principio me sorprendió que Roy no se mostrara preocupado de dejar a Suelym en manos de alguien más en una carrera, pero, según la propia Suelym, nadie en Los Ángeles había logrado ganarle a Kaitlyn una carrera, era extremadamente buena, estaba segura con ella.

Saint llegó hasta Roy, tomando el lugar a su lado derecho. Amy se posicionó en medio de los dos autos en la línea de salida. Abraham salió de entre la multitud, bebiendo de una botella de cerveza, seguido de Jeremy que cuidaba que nuestro amigo no diera un mal paso y cayera de bruces al suelo. Abraham se había tomado muy en serio la celebración, aunque todos sabíamos que el verdadero motivo detrás de cada copa que pedía era su reciente ruptura con Evie. Supuse que no importaba cuanto se viera venir seguía doliendo como si fuera sorpresivo, porque Abraham lucía realmente herido. Mad le dedicó un ceño fruncido cuando pasó frente a ella y estuvo a punto de caer.

Issue [Problemas #2]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora