Capítulo 19

44 11 2
                                    

"No hay puertas cerradas para una emperatriz"

Suelym

Disparé una y otra vez hasta agotar la munición en el cargador. Miré la diana a algunos metros, solo atiné cuatro disparos, tres dispersos y uno en el centro. Pudo haber sido peor. Dejé la pistola sobre la mesa de madera frente a mí y me percaté de que Kristal aún no había vuelto. Miré alrededor, notando que Brandom tampoco estaba. Maldije. Esperaba que no se hubieran ido a besarse por ahí, dejándome sola.

Habían pasado cuatro días desde que nos llegaron los naipes y, por suerte, nada más había pasado, pero no podíamos permitirnos bajar la guardia. Roy le pidió a Seith que viniera de Alemania y trajera algunos hombres de confianza con él, los suficientes para mantener un ojo puesto sobre todos. La mayoría se negó a tener escoltas, pero Audrey, Amy, Kristal y yo no pudimos rebatir. Además de eso, Roy insistió en que debíamos prepararnos por si algo semejante al ataque de la noche del baile volvía a ocurrir. Así que nos había armado una especie de campo de práctica de tiro en una propiedad cercana al río Delaware que alquilaron exclusivamente para esto. Él no había podido acompañarme ese día, así que me dejó con Brandom y Kristal, además de cuatro sujetos trajeados que nos seguían a todos lados.

Caminé de vuelta a la casa, fijándome en la extensión de la propiedad. Con solo contar el patio era inmensa, y la casa no se quedaba detrás. Era realmente linda, con amplios ventanales de cristal oscuro y paredes blancas. Era el estilo de casa que Roy elegiría para pasar unas vacaciones alejados del mundo, era una pena tener que usarla en aquella situación. Crucé el porche, topándome con dos hombres, mis escoltas, Donovan y Klever, al primero lo conocía más, había chocado con él el día que conocí a Roy, al segundo lo recordaba de mis visitas a Alemania, generalmente siempre estaba cerca de Seith. Ambos me dieron un asentimiento de cabeza como saludo cuando pasé por su lado.

Encontré a Kristal dentro, sentada en un sofá reclinable mientras tomaba helado de vainilla. Alzó la vista al escucharme cerrar la puerta, metiéndose una cucharada a la boca antes de hablarme.

—No pienso volver a practicar —avisó—, se me da fatal y seguro terminaré matándome sin querer.

—No mejorarás si no lo intentas —dije—. Era un desastre las primeras veces que lo hice, ahora al menos consigo acertar a veces.

—No me gusta esto, Suelym. Aún me da escalofríos escuchar un disparo.

Me senté en el brazo del sofá, abrazándola de lado. Dejó el recipiente del helado en la mesita a sus pies.

—Tampoco me gusta esto —murmuré, acariciando su hombro—, pero haré lo que sea necesario.

—Si los chicos lo encuentran lo matarán. Lo sabes, ¿no?

Asentí. Todos estaban furiosos con quien fuera que estuviera haciendo esto, pero Brandom y Roy tenían una determinación más profunda, incluso Andrew parecía estar de acuerdo con eso a veces. Sabía que, en el momento en que supiéramos quien era, lo encontrarían y acabarían con él. No sabía qué pensaba Kristal al respecto, ni si me convertía en una mala persona sentirme como me sentía al respecto, pero la idea de no tener que lidiar con todo aquello otra vez solo me producía alivio. Podría cargar con las muertes que fueran siempre que garantizaran nuestra seguridad.

Unos pasos se sintieron en el corredor que daba a la cocina. Vi la figura de Brandom salir disparada hacia la puerta trasera. Kristal siguió mi mirada, viendo lo mismo que yo.

—Algo está pasando en la casa de atrás —dijo—. Brandom ha estado inquieto y Roy no ha salido de ahí.

—¿Roy está aquí? —pregunté, frunciendo el ceño.

Issue [Problemas #2]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora