Issue [Problemas #2]✔️

Capítulo 27

"Annabelle Baker"

Suelym

—No sabía que había ensayos del ensayo —se burló Roy, aparcando el auto fuera de casa de los Baker.

—En realidad esto es el ensayo del ensayo del ensayo —dije, siguiéndole la rima a pesar de que probablemente termináramos creando un trabalenguas.

La verdad era que no íbamos a ningún ensayo. Kristal solo quería que nos reuniéramos en su casa para presentarnos a sus padres dado que ni Audrey, Abraham, Brandom, Roy, ni yo los habíamos conocido nunca. Tenía el vago recuerdo de toparme con el señor Baker un día en los pasillos de la residencia, o al menos a quien yo creía que era luego de que Kristal me dijera que su padre acababa de ir a visitarla. Fuera de eso, no había tenido contacto alguno con los padres de mis amigos, ni siquiera había visto fotografías. Lo cual si me detenía a pensarlo era algo extraño, pero Logan parecía querer pretender que sus padres no existían la mayor parte del tiempo y de alguna forma siempre nos encontrábamos en casa de los chicos o en la mía.

—Si tu abogado viera esta casa dejaría de recomendarle a Brandom firmar el acuerdo prenupcial —comenté, sacándole una sonrisa a Roy mientras me ayudaba a bajar del auto.

El abogado de Roy había sido un completo fastidio por las últimas semanas, sugiriéndole casi diariamente a Brandom que debía concertar un acuerdo para proteger su patrimonio, pero el alemán le respondió con negativas en cada ocasión, algunas más amables que otras. De todas formas, todos sabíamos que el padre de Kristal gozaba de una posición privilegiada y su compañía le reportaba grandes ingresos, como también que lo último en lo que la pelinegra se fijaba era en el estado financiero de su prometido, así que el peligro del que tanto advertía el abogado era en absoluto inexistente. Aún así, de seguro se callaría de una vez por todas al constatar la casa de los Baker que era, sin lugar a duda, malditamente enorme. La relación con sus padres debía ser realmente mala si Logan se esforzaba tanto en escapar de tantas comodidades.

Roy rodeó mi cintura con su brazo, alzándome en el aire hasta dar un paso atrás. Fruncí el ceño, pero enseguida comprendí su intención cuando vi el auto de Audrey pasar por nuestro lado, entrando a la propiedad y aparcando a escasos metros. Había estado demasiado absorta en mis observaciones como para percatarme de que casi estuvo a punto de atropellarme.

—Cinco segundos más y hubiera ido a la graduación en muletas —bromeé, volteándome para observar a Roy.

—No en mi guardia —prometió solemne, dándome una pequeña sonrisa.

Me alcé en la punta de mis pies, alcanzado sus labios para dejar un casto beso.

—Hey, Romeo y Julieta —llamó Audrey, cerrando la puerta del auto para encaminarse a la puerta, completamente ajena de lo que pudo haber pasado—, andando, vamos tarde.

Roy negó con la cabeza, llamándola irresponsable en alemán por lo bajo. Soltó mi cintura para tomarme de la mano, siguiendo a Audrey, quien ya había tocado al timbre y esperaba pacientemente ser atendida. Me gustaba el contraste de la puerta roja con las paredes blancas, era sin duda inusual y llamativo, no era un detalle que personalmente me gustaría tener en mi casa, pero se veía lindo. Kristal no tardó más de dos minutos en abrir la puerta, invitándonos a pasar.

—Los demás ya están en el jardín —anunció la pelinegra, tomando la delantera y guiándonos por la sala hasta una amplia puerta de vidrio.

Le di un rápido vistazo a la decoración, la mayoría cubierta de tonos crema con detalles dorados y blancos. De cierto modo no me hizo sentido con los chicos, estaba segura de que si fuera por ellos los colores serían mucho más vibrantes. El panorama cambió cuando atravesamos la puerta al patio, sustituyendo todo por el verdor de los frondosos arbustos de forma cuadrada que daban el aspecto de un muro protector a un suelo cubierto de flores, algunas plantadas directamente en él, otras en macetas. En la esquina contraria había una piscina, con tumbonas para tomar el sol y tres pequeñas mesas de madera al estilo picnic desperdigadas cerca.