Capítulo 22

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"Sería un alivio"

Suelym

—Eres un blandengue —me burlé, viendo atentamente como mi papá terminaba de cocerle la herida a Abraham.

—¿Yo? —se quejó, intentando no moverse— Quisiera verte con una herida así.

—Probablemente se quejaría menos que tú —murmuró mi padre, terminando su trabajo en el rostro de mi amigo.

—Tan de acuerdo —agregó Logan, sonriendo mientras volvía de la cocina con cuatro latas de gaseosa en las manos.

Abraham bufó, pero no rebatió. Tuve que reír ante la verdad flotando en el aire. Probablemente yo me quejaría mucho menos que él en una situación similar. Logan se dejó caer a mi lado, dejando las latas en la mesa de centro.

—Esto ya está —avisó papá, separándose de Abraham y guardando sus utensilios en la pequeña maleta que siempre tenía en el baño para emergencias.

—Gracias —respondió Abraham, recostándose contra el espaldar del sofá.

Papá tomó una de las latas y se sentó en el sillón frente a nosotros, fijando la vista en Logan.

—¿Estás seguro de que no quieres que te revise? —preguntó, observando a Logan con los ojos entrecerrados.

—No, señor, estoy bien —respondió Logan, abriendo una lata para mí—. Abraham es el delicado aquí.

—Muy gracioso —rebatió el otro, pegándose más a mi costado en un intento de buscar protección—. Defiéndeme, Suelym.

—Parecen niños —me quejé, viendo como mi papá sonreía ante la escena.

Le gustaba cuando Abraham y Logan venían, también cuando traíamos a Keyler. Nunca lo expresó realmente en palabras, pero sonreía más cuando los chicos estaban con nosotros, haciendo bromas entre ellos y ayudando en cada cosa que encontraban por hacer en casa. A mí, por otro lado, me hacía preguntarme cómo habría sido crecer con hermanos. Siempre tuve a Abraham, pero no lo vi en un plano de hermandad por mucho tiempo, y no se comparaba con el sentimiento de apego fraternal que había desarrollado con Logan.

—¿Qué ordenaste? —preguntó papá, dándole un sorbo a su bebida.

—Comida china para Abraham y para ti, pizza para Logan y para mí —respondí, recibiendo un abrazo de aprobación por parte de Logan. Éramos algo así como el fuerte unido contra la comida asiática, básicamente porque nos hacía daño y terminábamos en la cama deseando morir por tres días si la comíamos.

Papá asintió, recostándose en su asiento mientras echaba la cabeza hacia atrás. Había tenido unas semanas muy movidas en el hospital, tanto que apenas nos habíamos visto, y el cansancio comenzaba a pasarle factura. Logan comenzó a jugar con un mechón de mi cabello, dándole vueltas en su dedo mientras tenía la mirada ausente. No tenía que ser un genio para saber que estaba pensando en Amy. Alcé mi mano, llevándola hasta su cabeza para despeinarlo un poco, alborotando las hebras castañas idénticas a las mías.

—Quita esa cara —murmuré, intentando animarlo—, no quiero que me quites el apetito, pulgoso.

Logan sonrió, soltando mi cabello para pasar su brazo sobre mis hombros y abrazarme de lado.

—Ese chico —comentó papá de repente, volteando su atención hacia mí—. Andrew. No me has hablado de él desde que volvió. Si no llego a verlo en el hospital nunca lo hubiera sabido.

—Fue bastante sorpresiva su llegada —respondí—, realmente se me pasó contarte.

—¿Y Roy está bien con eso? —preguntó papá, haciéndome fruncir el ceño.

Issue [Problemas #2]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora