Volumen 3: Frente sur Acto 1

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La casa de las flores, dentro del imperio es uno de los terrenos menos explorados y más desconocidos.

Su existencia ha prevalecido desde antes de la creación del mismo imperio y aunque se ha hecho lo posible para adecuar sus instalaciones a la cultura moderna, aun es mucho lo que se desconoce de esta residencia.

Muchos piensan en ella como una simple estructura dejada por la civilización previa a la gran oscuridad, pero quienes la han visto y se han acercado lo suficiente a esta, saben en el fondo de su ser que no es posible que se limite solo a eso.

Es posible percibir cierta presencia escondiéndose entre sus muros y paredes, presencia que únicamente responde a los Milfiore, quienes mejor conocen los secretos de sus pasillos, y quienes están menos dispuestos a compartirlos.

Año imperial 1103, 2 de enero...

Desde tiempos de la gran oscuridad, la guerra se ha convertido en un arte, una batalla entre regiones o imperios con el fin de preservar su existencia o evidenciar su superioridad.

Ya sean los Nordlands o los Nazhka, la guerra siempre ha sido visto como algo honorable a lo cual se le debe mostrar respeto.

La raza humana siempre ha tenido esto en consideración y siempre ha mostrado el respeto a la guerra, pero cuando se trata de la raza de las dríadas, la situación cambia.

Muy al sur de las fronteras del imperio se extiende una gran hilera de montañas y bosques verdes, los cuales portan una esencia de muerte capaz de percibirse hasta el los huesos.

Es en este tipo de escenarios donde los druidas y dríadas del ejército de los 3 reinos poseen una ventaja estratégica, la cual en muchas ocasiones logra abrumar a las tropas del imperio.

Con el fin de ganar terreno y evitar el paso, cientos de hectáreas de bosque son incendiadas y taladas diariamente con el fin de hacer retroceder a los invasores del otro continente, quienes muchas veces pierden la vida en estos asaltos.

Pero incluso así, la seguridad de los hombres del imperio no está garantizada.

En muchas ocasiones las dríadas de Alma atacan en grandes grupos durante estas operaciones, o a los suministros que entran y salen del campo de batalla, todo con el objetivo de debilitar sus fuerzas y ganar más terreno.

Del mismo modo el imperio arma operaciones para hundir los barcos entrantes del otro continente, rompiendo los reabastecimientos de tropas y alimentos.

Las guerras entre los continentes de Animus y Almah no son organizadas ni tampoco elegantes, son guerras en donde ambas facciones se atacan mutuamente a traición, involucrando a civiles e inocentes de manera indiscriminada.

No hay límite en el odio ni el desprecio, así como no hay límite en los medios necesarios que tome cada facción para sobrevivir...

Dentro de los bosques de la región subiendo el costado de una montaña un carruaje se hace visible, desde su interior se podían ver kilómetros de bosques al igual que múltiples antorchas ardiendo con gran intensidad, cada una de estas representa un campamento humano.

Y al desviar la mirada más al horizonte, se percibe un muro de llamas y cenizas, el cual marca el límite entre el territorio dominado por el imperio y el territorio de los 3 reinos.

—Casi parece como si no nos hubiésemos ido... —Espeta Enrique sentado a un costado del carruaje.

—Muchos de los campamentos desaparecieron —Señala Frieda al ver al horizonte.

—De lejos se ve tranquilo, es difícil pensar que, dentro de cada metro cuadrado de ese extenso bosque, se estén llevando peleas a muerte.

Las palabras de Enrique no eran una exageración, con sus ojos capaces de percibir a los espíritus, el hombre pudo notar una gran cantidad de banshees plagando la zona, miles e inclusive millones, cada una representando un alma que acaba de perecer o está próxima a hacerlo.

El presagio de las flores (Hana no Zenchō)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora