Volumen 4: El curioso caso de Perséfone Rosengard Acto 2

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Al notar la naturaleza de su oponente, los barbaros no dudaron en arremeter en contra de la joven esta vez recubiertos en sus escamas, ellos en pleno conocimiento del daño que la espada de la joven les podía infligir uno procede a atacarla desde su flanco izquierdo donde estaba indefensa.

Tal y como Erse lo había supuesto, todos los Drakonskin que acompañaban a Basara, eran veteranos de cientos de batallas por lo que poseían una gran capacidad de adaptación a cualquiera sea el enemigo que lleguen a encarar, lamentablemente para ellos, Erse también.

En el lapso de un pestañeo la joven suelta la espada y procede a lanzar un puñetazo en contra del rostro del Drakonskin, obligándolo a retroceder.

Al mismo tiempo el segundo de los Barbaros arremete con su espada, la cual Erse logra esquivar enterrando el filo de su arma en el hombro de su oponente para posteriormente sacarla por un costado de su brazo.

—"Algo no se siente bien" —Espeta Erse internamente al tiempo que es atacada nuevamente por los barbaros quienes no le permitirán un segundo para recuperarse.

Cientos de choques de espada rebotan alrededor de los 3 espadachines, al grado de generar destellos a causa del impacto de los metales, los barbaros esperaban poder agotar las fuerzas de la joven, más estos desconocían totalmente que, en ella, algo así sería imposible.

La resistencia física de Erse, es absurdamente alta...

Con un golpe de la joven los tres espadachines levantan sus armas en el aire, por lo que aprovechando la oportunidad Erse, suelta su espada y procede a golpear a puño limpio las escamas de los barbaros.

Para cualquier otro una acción así seria absurda y los dedos de la joven acabarían destrozados, no obstante, con la fuerza de un único golpe, las escamas del pecho del bárbaro quedaron pulverizadas, si recibía otro golpe en la misma zona, sufriría un paro cardiaco.

Por lo que antes de que Erse lanzase su segundo golpe este se defiende con sus brazos, al tiempo que su compañero logra recuperar el equilibrio y con su espada intenta cortar a la joven.

Por una diferencia de algunos centímetros la joven logra evitar el ataque, para posteriormente aprovechar el impulso y crear distancia con sus atacantes, lamentablemente el arquero Drakonskin aprovecharía la misma oportunidad para lanzar 6 flechas en su dirección.

Erse no tendría problemas en evitar las 2 flechas que apuntaban en su dirección, lamentablemente las 4 flechas restantes en lugar de impactarle directamente rebotaron en las paredes, atacando a su espalda.

La joven sabía que no podría esquivar ese ataque, no obstante, contrario a todo lo que pensaba su cuerpo lograría evitar la segunda oleada de flechas justo a tiempo.

—Algo definitivamente es diferente... — espeta la joven con una ligera sonrisa.

Cuando Erse obtuvo la habilidad de Berserker la primera vez, esta lo hizo en circunstancias poco convencionales, en consecuencia, la habilidad estaba incompleta, provocando que los beneficios fuese muy pocos y las represalias a su cuerpo fuesen demasiadas.

Aun así, y a pesar de esas circunstancias claramente desventajosas, la joven fue capaz de equiparar su fuerza con la de usuarios de magia natural de nivel intermedio, o magos de hasta 4 estrellas.

Durante mucho tiempo la joven soporto el dolor que dicha habilidad generaba, así como la pérdida del raciocinio, el consumo, de energía vital y durabilidad; Erse se volvió una de las pocas Berserkers lucidas del continente de Almah y lo hizo con una habilidad defectuosa.

Con eso dicho solo restaba hacer una pregunta...

«Si pudo hacer tanto con tan poco, ¿Qué podrá hacer ahora que posee una habilidad de rango heroico?»

El presagio de las flores (Hana no Zenchō)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora