Volumen 5: Primeras señales Acto 2

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Tras esas palabras una sensación de alivio se dibujo entre los agentes de la organización al tiempo que entre ellos las miradas se concentraban en dos jóvenes.

—Pensé que esas criaturas nos darían más problemas por lo que me quise contener, pero veo que me preocupe por nada —Señala una joven de cabellos negros con un enorme mechón gris a su lado izquierdo, además de un brazo prostético con un cañón integrado en el mismo lado.

—Con razón la bala exploto antes de llegar al final, no equilibramos bien la energía, de haber hecho lo mismo con nuestras viejas armas las dos estaríamos muertas —Reclama una joven de cabellos negros, con las mimas irregularidades que la anterior, pero en el lado derecho, ambas haciendo uso de sus espíritus armados.

—Kela, Felis, las dos lo hicieron de maravilla —Clama Erse posando sus manos sobre las cabezas de cada una.

Tras esta acción ambas jóvenes deshicieron su invocación, y sus brazos protéticos cambiaron de forma a un par de prótesis de acero rojo, toscos y sin movilidad.

—Muchas gracias superiora, aunque yo no diría lo mismo de Kela, ella bajo la guardia —Señala Felis.

—Traidora, cuando menos te lo esperes me vengare — Reclama Kela.

—Tranquilas, las dos lo hicieron bastante bien, deberían estar orgullosas de su fuerza, ahora ni siquiera el shoma se atreverá a ponerles un dedo encima.

Al escuchar esas palabras los ojos de ambas jóvenes se iluminaron al tiempo que Erse les felicitaba con una amable sonrisa, no obstante, internamente no podría evitar sentirse molesta con Iván.

Tras la recuperación de las hermanas, estas entraron en un estado de profunda depresión y miedo, sin el shoma ellas habían perdido toda motivación, y aunque obedecían cualquier instrucción que se les diese, no eran diferentes a maquinas, por lo que no le servían al joven Milfiore.

Pero Erse seria quien cambiaria eso...

Esta se les acerco con un enfoque amable, las ayudo a ponerse de pie, a comer bien y a poder caminar bajo el sol, las alago y les ayudo a volverse más fuertes con una sonrisa desinteresada y gentil; Exactamente lo que la califa Nochere hiso con ella hace tantos años.

—Las dos pueden ir a descansar, se lo ganaron —Señala Erse despidiéndolas con una sonrisa —"Contrólate, no eres como esa mujer, además no es un problema lo que el joven amo haga con ellas..."

—Erse...

—Estoy bien... —Exclama la joven antes de darse cuenta que a su lado Iván solo quería recuperar el catalejo que le prestó.

—¿Por qué no deberías estar bien? — pregunta el joven.

—Eso no importa, solo... creo que me iré un momento por aquí...

Tras esas palabras la joven se retira en la misma dirección de las hermanas, al mismo tiempo que Iván no puede evitar liberar un suspiro...

—"Otra vez se puso así..." —Señala el joven Internamente —"Con tantos complejos y cambios de humor, es muy fácil olvidar que ella es una asesina entrenada en el crisol; como sea, después de hoy los adoradores demoniacos empezaran a moverse más activamente, detesto admitirlo pero a excepción de los nombres y lugares mencionados en la obra original no he podido encontrara indicios de ellos, temo que ya sepan que los he estado buscando, aun así no han hecho ningún movimiento en meses, puede que sea solo mi imaginación, pero no puedo evitar sentirme mal también."

—Ciertamente es una bonita explosión, esos brazos prostéticos indudablemente han sido una de mis mejores creaciones —Señala Mordejái.

—Realmente te adaptas bastante rápido mi viejo amigo —Clama el joven Milfiore.

El presagio de las flores (Hana no Zenchō)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora