Confidence || Merlina Addams x TN Fem

My fucking mother

Tomé aire profundamente y luego lo expulsé, viendo la que era mi habitación totalmente vacía, a excepción de mis maletas.

Mi madre me llevará a la casa de Weems a la misma hora que llevará a Merlina a la estación de trenes, para hacer un solo viaje y eso.

Salí de mi habitación, dejé las maletas en el pasillo y entré al cuarto de al lado. Enid y Merlina ya se estaban despidiendo, ambas me miraron.

—Ya tengo todo listo —avisé.

Enid se acercó a mí corriendo y se lanzó a mis brazos.

—No sabes lo mucho que extrañaré desayunar contigo todas las mañanas —me dijo triste.

—Tranquila, nos veremos cada que vayas a Jericó —le aseguré.

—Más te vale —se alejó de mí.

—Tenemos que irnos —me dijo Merlina, asentí y empezamos a bajar las cosas.

Antes de llegar al patio, los oscuristas nos interceptaron.

—El plan no era que las expulsaran, en serio —aclaró Bianca, los chicos asintieron en señal de acuerdo.

—Los oscuristas tienen que estar listos para lo que viene, porque muchas personas van a morir —dijo Merlina.

Mi madre se acercó corriendo a nosotros con una maceta donde habían unas flores.

—Ay, que bueno que te alcancé —dijo mirando a Merlina, los chicos se fueron—. Estaba desmalezando mi acónito y perdí la noción del tiempo —le tendió la maceta a la chica—. Es un regalo de despedida —Merlina lo tomó.

—Adelpha Blanca —identificó—, una de las más letales.

—También simboliza el destino y renovación. Eres una joven muy talentosa, Merlina, ya quiero ver lo que te espera.

—Señoritas —llegó Weems—, esta vez las escoltaré personalmente —cambió los planes.

—Quisiera un favor final Weems —la mencionada la miró desconfiada, y yo miré a Merlina confundida—: me gustaría que nos llevara al hospital para ver a Eugene, ya despertó —ante la noticia no pude evitar soltar un sollozo incrédulo.

—Bien —aceptó la directora. Mi madre nos ayudó a llevar las cosas al auto de Weems, luego me miró.

—Iré a Jericó todos los fines de semana, no hagas ningún tipo de desastre en la casa de Weems —me advirtió.

—Si madre —suspiró y me abrazó.

—Eres terca cuando quieres —sabía que se refería a mi unión con Merlina, así que no dije nada, sabe mi opinión respecto al tema.

Subimos al auto y Weems condujo hasta el hospital. Entramos rápidamente a la habitación de Eugene, Merlina no tiene mucho tiempo.

Y allí estaba, con un peluche de abeja en las manos. Me acerqué a él corriendo y lo abracé.

—¡TN! —me abrazó feliz.

—Todavía no puedo creerlo, ¡despertaste! —me separé y sostuve su cabeza entre mis manos—. Eres un estúpido, ¿oíste? ¿cómo se te ocurre ir al bosque solo? ¡te dijimos que te quedaras! —le reproché con el ceño fruncido, pero una lágrima traicionera cayó por el rabillo de mi ojo.

—¡¿Qué pasó en tu rostro?! —inquirió asustado al ver el zarpazo en mi cara.

—Es una muy larga historia, te la contaré más adelante —asintió y luego miró a Merlina, quien estuvo a una distancia considerable de nosotros.