Hoy es mi tercer mes viviendo en casa de mi suegra.
Aunque estoy realmente agradecida con todo lo que ha hecho por mí, estoy decidida a encontrar un buen trabajo lo antes posible. El trabajo de mesera de una cafetería jamás me permitirá conseguir un techo donde vivir, y aunque Elena Green es un sol de mujer, no puedo seguir abusando de su bondad.
—Amanda querida, buenos días —me saluda ella alegremente cuando me ve entrando a la cocina.
—Querrás decir buenas tardes —respondo viendo que ya son más de las once— no debí dormir tanto
—De hecho, si. Estas esforzándote en ese turno de la noche Amanda, cuando sabes que no es necesario —dice ella a modo de regaño.
Le sonrío tiernamente al ver su preocupación.
Siempre tuve miedo de conocerla cuando me casé con Alex, ya que siempre se ha dicho que las suegras son el demonio reencarnado. Pero Elena es todo lo contrario, amable y bondadosa y me recibió con los brazos abiertos, como si fuese su propia hija. Y tras el divorcio estuvo más que feliz de aceptarme en su casa.
—Es necesario Elena, no voy a ser una carga para ti
—Pero mi niña, no eres una carga, eres una bendición. Gracias a ti no me aburro en esta casa tan grande
El padre de Alex murió de un infarto cuando él era joven, mucho antes de conocernos. Por eso nunca lo conocí, pero si me hablaron mucho de él, lo suficiente como para saber que era el hombre ejemplar.
—Aun así necesito volver a ser independiente, como solía ser antes de casarme —digo sintiendo una punzada en mi pecho.
Tres meses y sigue doliendo el abandono de Alex.
—Mi niña, mi hijo es un completo idiota. Mira que abandonar a una mujer como tu— ella niega con la cabeza— con la esperanza que tenia de que me dierais un nieto
—Yo también quería eso —admito en voz baja.
Y en estos tres meses había entendido el porqué del abandono tan abrupto de Alex. Yo le había dicho lo entusiasmada que estaba con comenzar a formar una familia y a él no le había gustado para nada la idea. Después de eso, comenzó a alejarse.
—Creo que Alex no estaba preparado para ser padre —musito— y yo presionándolo solo empeoró las cosas
—Eso lo entiendo mi niña, pero debió hablarlo contigo en lugar de pedirte el divorcio
Sonrío tristemente.
—Supongo que el amor no era tan grande como pensábamos
Elena me regala una mirada comprensiva.
—Aun lo amas —asegura— y espero que cuando él se dé cuenta de que también te ama no sea demasiado tarde
Sacudo la cabeza, no queriendo que la idea de Alex amándome aun se meta en mi cabeza.
—Creo que es el momento de cambiar el tema de conversación —anuncio efusivamente— además, debo desayunar antes salir a buscar otro empleo
—Madre Santa Amanda ¿Otro empleo? ¿Quieres volverte loca?
—Por supuesto que no Elena, solo quiero ver si puedo buscar un empleo que me brinde un mejor sueldo. Si lo hago, dejaré el actual
Camino hacia el refrigerador y busco unos cuantos huevos. Los dejo sobre la encimera mientras busco en los gabinetes por unos platos.
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Mírame
RomanceDespués de su divorcio, Amanda Thorne se ve obligada a vivir con su suegra por una temporada. Dejó todo atrás, inclusive su carrera de modelo por su esposo que, tras un año de matrimonio decidió divorciarse. Dejándola sola, sin un hogar y sin un em...