Capitulo 2.

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    —Así que... ¿Tú eres la ex esposa de Alex?

Chelsea Meyer se cierne sobre mí como un buitre sobre la carroña.

Lleva un traje gris que le acentúa las curvas a la perfección, su cabello rojo oscuro está recogido en una perfecta cola de caballo donde no hay ni un solo cabello fuera de lugar y su maquillaje suave realza sus verdes ojos.

Por un momento olvido que hace algunos años estuvo en prisión por escándalo público al tener sexo con Alex en el baño de una gasolinera.

—Uh... sí, soy yo —respondo un tanto insegura.

Me pregunto si ella lo seguirá queriendo.

—Debo confesarte que te imaginaba diferente. La última vez que vi una foto de ustedes eras rubia

Jugueteo con un mechón de mi cabello.

—Necesitaba un cambio, así que volví a mi color original

Y realmente ha sido una decisión acertada. Por la manera en que dijo "rubia" con cierto desprecio deduzco que no le agradan demasiado.

—Buena decisión, y creo que te ves mucho mejor

Mis cejas se alzan por sorpresa.

—Si bueno... gracias

—Creo que nos estamos desviando un poco del tema —asegura inclinándose sobre su escritorio—. Trabajo, ese es el tema que nos interesa

Ella toma mi currículum entre sus manos y lo examina.

—¿Nada de educación universitaria? —pregunta con preocupación.

—No —respondo un tanto avergonzada por primera vez en mi vida.

Sentada aquí, frente a una mujer bella y con un puesto bastante alto para su corta edad (según me contaron), es bastante humillante no haber estudiado nada después de la escuela.

—Pero tienes referencias magníficas de diferentes casas de modas de Los Ángeles y es impresionante —continua ella—. Con tan solo veinticuatro años estabas en la cima de la fama

Frunzo el ceño.

—¿Como sabe eso?

Ella ríe nerviosamente.

—Bueno —aclara su garganta—, secretamente, me atrajo siempre el mundo del espectáculo, pero no tengo la altura suficiente para ser modelo —hace una mueca—. En fin, estoy feliz como jefa de redacción aquí. En lo que estábamos —me mira fijamente—. ¿Por qué lo dejaste?

—Alex —respondo de inmediato.

Su expresión denota comprensión.

—Siempre he oído que se cometen locuras por amor, supongo que a ustedes les duró menos de lo previsto

Bajo mí vista a mis manos. Otra persona que me recuerda mi matrimonio fallido.

—Lo que no entiendo es porque no retomas tu carrera de modelo

—Es difícil de explicar

Significaría volver a Los Ángeles, con una familia que me recordará de por vida mis errores.

—De acuerdo, el empleo es tuyo —mi boca se abre.

—¿Qué?

—No es algo que necesite un extenso conocimiento, y será solamente mientras mi secretaria actual regresa de su reposo por embarazo. Solo tendrás que transcribir una que otra carta y hacer unos cuantos de mis recados

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