Capitulo 8.

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    Cinco días después de mi cena con Fred me encuentro sentada en mí puesto de trabajo, esperando con ansias que llegue la hora del almuerzo para poder hablar con Gloria.

Después de esa cena, no vi de nuevo a Fred hasta el lunes cuando me invitó a cenar nuevamente, y luego ayer cuando fuimos a almorzar. Después, no lo había visto de nuevo. Ya que, o estaba tomando fotografías para el periódico o daba clases particulares de fotografía.

Había descubierto que amaba la fotografía en todo su esplendor, tanto que, en nuestras dos siguientes salidas tomó varias fotografías de mí. Habiéndome preguntado a mi si podía tomarlas o tomándolas mientras yo estaba distraída.

De cualquier modo, las fotografías eran hermosas. No lo podía negar.

—Amanda, hora de irse —habla Gloria apareciendo de repente frente a mí.

—Glinda aún no llega

—¿Y qué? Chelsea no está en la ciudad. Pasaste todo el día de hoy sin nada que hacer. Venga, vanos que me muero de hambre

Suspiro y recojo mis cosas.

Gloria tiene un punto. Chelsea de había ido la noche anterior a Nueva York y no regresaría hasta el sábado. Lo que significa que hoy y mañana, mi jornada laboral no ameritaría mayor esfuerzo.

—De acuerdo, vámonos —concedo levantándome.

Gloria sonríe y tira de mi brazo hacia el elevador con fuerza.

—Hey, calma —replico riendo.

—Lo siento, pero hay mucho que debes contarme y que yo me muero por saber

—Pensé que tenías hambre —musito burlona.

—Me muero de hambre, si, pero también quiero saber que sucedió entre Fred y tu —ambas salimos del edificio y caminamos hacia el pequeño café donde Jhon trabaja—. Dime ¿Te besó por fin?

Suspiro pesadamente.

Ambas entramos al local y nos sentamos en la mesa de siempre. Jhon viene de inmediato y toma nuestra orden, cuando se va, comienzo a hablar.

—No nos hemos besado —declaro luego de haberle dado un sorbo a mi té de limón.

Gloria alza mucho las cejas.

—¿Habéis tenido tres citas y aun no os habéis besado? —niego con la cabeza—. No sé si eso es bueno malo, quiero decir, en mi primera cita con Jhon nos besamos, en la tercera casi lo hacemos en su auto y en la quinta finalmente lo hicimos

—Yo no tuve sexo con Alex hasta que estuvimos casados —confieso en voz muy baja.

Sorprendentemente, Gloria no hace ningún comentario al respecto, lo cual agradezco ya que no quiero tener que contarle la vergonzosa historia de mi patética vida sexual antes de conocer a Alex, que había sido casi inexistente, y digo casi porque aunque no era virgen, había perdido la virginidad dos años antes de conocerlo con un fotógrafo aficionado.

Nunca tuvimos una relación. Sólo una atracción mutua que acabó con ambos en una cama, mi virginidad perdida y una nota de despedida cuando desperté al día siguiente. No había querido relacionarme sentimentalmente con ningún otro chico después de eso y me enfoqué en mi carrera, por seguir mi sueño. Y entonces llegó Alex y todo cambió.

—Nunca había conocido a una mujer que esperara al matrimonio para estar con un hombre —dice Gloria—. ¿Piensas esperar con Fred también?

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