Capitulo 17.

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    Estoy contando los segundos antes de que sean las doce para irme del trabajo. Chelsea estuvo gran parte de la mañana siendo cortante conmigo hasta que tuvo que irse con Fred, el cual no me ha vuelto a dirigir la mirada desde la "discusión" que tuvimos. Pensar en su forma de actuar me da escalofríos, nunca me habían gritado de esa manera en mi vida.

Quizás Alex tenga razón, no debería estar con alguien que parece ser tan violento y que reacciona de esa manera por una tontería. Pero pensar en eso me enfurece, ¿Por qué Alex debe tener la razón, incluso de mis relaciones? Eso no debería poder ser posible.

—Oye soñadora —levanto la cabeza para ver a Gloria en el elevador—. ¿Voy a tener que subir cada día para llevarte a almorzar?

—No exageres

Me levanto de mi silla y camino hacia ella.

—Por lo menos te encontré, has estado almorzando mucho con Fred últimamente

—Si bueno, no sé si habrán más almuerzos con Fred

Las puertas del elevador se cierran y comenzamos a descender.

—No me digas que ya terminaron

—No exactamente

Las puertas del elevador se abren y ambas caminamos a la salida del edificio. Mientras caminamos a nuestro lugar de almuerzo predilecto le cuento lo ocurrido con Fred en la mañana.

—Solo tengo dos cosas que decir sobre eso —dice Gloria cuando he acabado que es justamente cuando nos sentamos en nuestra mesa—: uno, tu esposo es un gran caballero, y dos, Fred no te conviene

—Pensé que te gustaba Fred

—Me gustaba, hasta que te trato de esa manera. Ningún hombre debe jamás gritarle a una mujer Amanda, comienzan con eso y luego ¿Qué? Vienen los golpes —asegura ella—. Créeme que sé de lo que hablo, mi padre era así de violento

Mis ojos se abren.

—¿Es en serio?

Ella asiente.

—Fue hace muchos años. De hecho, por su culpa perdí a mi mamá. Él ahora está en la cárcel pero no dejo de pensar en lo mucho que duele haber perdido a mi mamá, y todo porque ella nunca quiso contarlo

La simpleza con la dice sus palabras me sorprende. Sé que no hablo con mis padres desde hace años, pero tengo la certeza de que están bien. Siempre recibo una tarjeta de cumpleaños de su parte. Así que el que ella me diga que su madre está muerta y su padre en la cárcel sin un ápice de dolor es un poco desconcertante.

—Gloria, yo...

—¿Qué puedo servirles este día?

Jhon me interrumpe cuando viene por nuestra orden. Le pido lo que quiero y Gloria hace lo mismo, en ningún momento él coquetea con ella y ella no le dirige la mirada, lo que me hace sentir más confundida. Una vez se marcha, voy a decir algo cuando Gloria me caya levantando la mano.

—Sé que tienes dos preguntas en este momento así que las responderé sin que hables. Me duele lo de mis padres, pero sucedió hace mucho así que puedo hablar de ellos sin derramar lagrimas —dice sonriendo—. Y Jhon y yo terminamos

Abro mis labios.

—Ok, retrocede un poco —lamo mis labios—. No tocaré el tema de tus padres ya que es obvio que no es algo de tu agrado, yo tampoco suelo hablar de los míos. Pero no puedo evitar no querer saber respecto a ti y a Jhon, si no podían mantenerse separados uno del otro

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