Capitulo 19.

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    —¿Cómo está ella? —le pregunto a Alex cuando por fin regresa a la sala de esperas.

Él suspira y me abraza. Envuelvo mis brazos a su alrededor sabiendo que eso es lo que necesita.

—Estará bien, sufrió una insuficiencia cardiaca pero la trajimos a tiempo

Me separo un poco de él.

—¿Insuficiencia cardiaca?

Él asiente.

—Mamá sufre de tensión alta. Creo que se descuido con sus medicinas o no sé qué ocurrió, pero algo falló y le causó esto

—Yo no tenía idea

Alex me mira fijamente y acaricia mi mejilla.

—Lamento hacer que te desvelaras

Tomo su mano y sacudo la cabeza suavemente.

—No te preocupes, no es tu culpa

—Tienes unas ojeras enormes —replica sonriendo.

Río sin poder evitarlo y él me acompaña.

—Es por la falta de sueño

Me separo de él y me siento en una de las incomodas sillas y él se sienta a mi lado.

—¿Qué más te dijo el médico? —pregunto concentrándome de nuevo en Elena.

—Le siguen haciendo exámenes. Dependiendo cómo evolucione, la asignaran a una habitación

—¿Cuánto crees que se tarden?

Alex se encoje de hombros.

—En ese caso creo que debería ir por un poco de ropa si piensas quedarte aquí todo el día

—No puedes hacer eso Amanda, debes ir a trabajar

Miro a otro lado, ocultando la decepción que siento al ver que no me quiere aquí.

—Puedo llamar para decir que llegaré tarde, aunque Chelsea tiene su agenda perfectamente ordenada y no me necesita mucho en realidad

Alex suspira a mi lado.

—No quiero que pierdas el trabajo por mi culpa. Conozco a Chelsea muy bien y sé que no le gustara que no vayas por estar aquí...

—¿Contigo? —pregunto terminando su oración—. ¿Es por eso que no me quieres aquí? ¿Te preocupe que arruine tu relación "profesional" con Chelsea?

Hago comillas imaginarias con los dedos al decir profesional.

—Amanda, no creo que sea el mejor momento para hablar de ese tema

Lo miro sintiéndome furiosa.


—Tampoco fue muy profesional que te la follaras en su oficina. Y no te atrevas a negarlo Alex, vi tu cremallera abierta

Su semblante se torna serio pero no dice nada. Sintiéndome realmente furiosa decido irme para complacerlo porque no quiero sentirme como idiota, o incomoda si Chelsea llegase a aparecer. Es increíble como hace unas horas estábamos tan tranquilos el uno con el otro y ahora peleábamos de nuevo. ¿Siempre seria así?

Las puertas del ascensor se abren y entro en ellas. Hay algunas cuantas enfermeras que bajan junto a mí hasta la planta baja, donde al llegar salgo casi corriendo hacia la salida. Una vez allí decido llamar a Chelsea para decirle que no iré a trabajar. Aunque no estaré en el hospital no tengo ganas de verle la cara en este momento. Luego de cuatro tonos ella por fin responde.

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