Capitulo 14.

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    —¿Pedimos pizza? —propongo desde la cocina.

Fred, que aún no termina con la clasificación de las fotografías, me mira desde el sofá.

—¿No prefieres salir a cenar? —sacudo la cabeza.

—Tengo muchas ganas de comerme una pizza con mucho queso y maíz

Fred ríe a carcajadas.

—Está bien, si eso quieres puedes pedirla —me da nuevamente la espalda—. Muy pocas veces pido comida así que en realidad no sé qué pizzerías quedan por acá cerca

—Fui con las chicas a una hace días para almorzar, no te preocupes por eso

Busco el número en mi teléfono celular y espero por una respuesta después de marcar. Pido lo que quiero y le indico la dirección al chico que me ha atendido y luego finalizo la llamada. Como Fred sigue concentrado en su trabajo decido salir un momento al balcón y observo como el cielo comienza a cambiar de tonalidades al estar oscureciendo.

Miro sobre mi hombro a Fred y sonrío al darme cuenta lo mucho que ha cambiado mi forma de pensar desde mi divorcio. Antes creí que mi vida había acabado, que Alex se había llevado lo mejor de mí con él y que estaría destinada a vivir con su lastima por un largo tiempo, ahora salgo con un hombre atento y atractivo, que me trata con una reina y por el cual me siento tan atraída que si no fuese por mi sangrado, en este momento probablemente estaríamos en la habitación, y no durmiendo precisamente.

Creo que pensar de esa manera significa que todos mis sentimientos por Alex han acabado, o eso espero.

—Amanda

Me doy vuelta para encontrar a Fred detrás de mí, con una chaqueta en sus manos.

—Si vas a estar aquí afuera por largo rato, deberías cubrirte

Le sonrío agradecida y asiento. Él se acerca a mí y cubre mis hombros con esta, para luego abrazarme desde atrás y besar mi cabeza.

—No sabes lo feliz que me hace el que estés aquí esta noche —susurra en mi oído.

Cierro mis ojos, disfrutando de su abrazo.

—¿Terminaste el trabajo? —pregunto luego de unos segundos donde ambos estamos en completo silencio.

—Si, ya todo está a la perfección

—Justo antes de que llegue la pizza —musito con alegría—. Parece como si lo hubieses calculado

—De haberlo calculado no habría tenido trabajo principalmente

Me río mientras giro entre sus brazos. Me acerco un poco más a él y planto un beso en sus labios.

—Pero es el trabajo que amas, deberías felicitarte a ti mismo por estar haciendo lo que realmente te gusta, cosa que muy pocos hacen hoy en día

—¿Cómo tú? —pregunta estrechándome entre sus brazos—. ¿Te imaginas si nos hubiésemos conocido cuando aun subías a las pasarelas? —él sonríe—. Probablemente contigo si hubiese disfrutado de lo que de verdad me apasiona

Mi ceño se frunce.

—¿Te refieres a fotografiarme?

—Algo así —responde dudoso.

Mi ceño se profundiza.

—¿Qué quieres decir?

En ese momento oigo suena el timbre, anunciando que la pizza ha llegado.

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