Tenemos que hablar, no puedes seguir ignorándome —suspiro—. Este es el cuarto mensaje que te dejo Amanda, ¿estás ignorándome? Porque no es nada divertido, ¿o acaso estás con tu ex? Porque si es así ¡Te juro que te vas a arrepentir!
Dejo el teléfono sobre la cama, aun sorprendida del mensaje que acabo de recibir de Fred. Ya me ha dejado tres antes, pero en ninguno suena tan molesto como en este. Y en ninguno me había amenazado. Sé que yo no debí ignorar sus llamadas a propósito, pero no imagine que él reaccionaría de ese modo.
Flexiono mis brazos sobre el colchón y presiono mi cabeza en contra de estos. Llevo bastante tiempo recogiendo mis cosas, haciendo una pausa solo cuando Elena vino a preguntarme si era cierto que me iba. Lo tomó mejor de lo que yo esperaba, hasta me felicitó, pero volvió a pedirme que pensara a cerca de mí y Alex. Y si en ese momento me sentía confundida, luego de recibir esos mensajes de voz de parte de Fred lo estaba más aún. Al parecer no era buena en cuanto a elegir a un acompañante para mi vida amorosa.
El teléfono vuelve a sonar pero esta vez no es una llamada, es un mensaje de texto. Levanto mi cabeza y lo tomo, exhalando todo mi aliento al ver que es Gloria quien me escribe preguntándome acerca de la mudanza.
Decido llamarla.
—Ya tengo todo casi listo —musito cuando finalmente responde.
—Sinceramente no creí que estuvieses despierta. ¿Son demasiadas cosas? Porque si no lo son, podemos ir por ellas a la hora del almuerzo
—No, no son demasiadas —respondo sintiéndome aliviada de no tener que contratar un servicio de mudanzas—. Creo que la hora del almuerzo estaría perfecto
—¿Y qué tal te fue con tu caballeroso ex en su cumpleaños?
Blanqueo los ojos. Sabía que preguntaría eso, y no estoy de ánimos para hablarlo por teléfono. No siendo más de las dos de la mañana, hambrienta y sin ánimos de nada.
—Larga historia. ¿Podemos hablarlo a la hora del almuerzo?
—Uh, parece que algo está pasando. De acuerdo, dejaremos muchas cosas para la hora del almuerzo
—De acuerdo, ahora ve a dormir. Tendremos un largo día mañana
—Vale, que descanses guapa
Cuelgo y me levanto del suelo. Mi estomago se retuerce por la falta de alimento así que bajo a la cocina por algo ligero.
Bastante es mi sorpresa al encontrar a Alex en la barra de la cocina, un plato vacio está frente a él, quien mantiene la mirada fija en un punto en el vacío, con un tenedor colgando entre sus dedos. Decido entonces que es mejor regresar a mi habitación ya que no se ha dado cuenta de que he entrado a la cocina, pero cuando doy un paso hacia atrás sus ojos azules se fijan en mí.
—Me preguntaba cuanto tiempo tardarías en bajar por algo de comer
Mi ceño se frunce.
—¿Estabas esperándome?
Él asiente.
—No cenaste. Sé que nunca te acuestas sin cenar, de lo contrario no duermes en toda la noche —él escanea mi cuerpo de pies a cabeza—. Bonita pijama
Me muevo de un lado a otro sobre mis pies, un poco incomoda. Mi pijama consta de una camiseta blanca con motas rojas y un pantalón de pijama rojo.
—La recuerdo —Alex vuelve a hablar al ver que no digo nada—. Solías usarla los días que estabas en tu periodo, lo que significa que estás en tu periodo
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Mírame
RomanceDespués de su divorcio, Amanda Thorne se ve obligada a vivir con su suegra por una temporada. Dejó todo atrás, inclusive su carrera de modelo por su esposo que, tras un año de matrimonio decidió divorciarse. Dejándola sola, sin un hogar y sin un em...