Oigo el sonido del agua al caer cuando me despierto. Abro los ojos para ver una cálida luz de atardecer filtrándose por las ventanas y la puerta del balcón que se encuentra abierta. Me giro en la cama en busca de Alex, pero la cama está vacía. Probablemente el sonido del agua sea la ducha.
Salgo de la cama y cubro mi desnudes con una camiseta de Alex, la misma con la que dormí la noche anterior, y salgo de la cama hacia el baño. La visión de su espalda desnuda a través de la puerta de cristal es algo realmente maravilloso de ver, sobre todo si te tomas mucho tiempo en ver su exquisito trasero.
Hasta que ya no estoy viendo su trasero, si no una parte más interesante de su anatomía.
—¿Muñeca?
Casi a regañadientes desvío mi mirada a su rostro. Él luce divertido.
—¿Te gusta lo que ves?
Me guiña un ojo y de repente siento la temperatura del baño aumentar, y no es a causa del agua caliente.
—¿Puedo tomar una ducha contigo? —pregunto suavemente.
—No tienes ni que preguntar muñeca
Me desnudo en un solo movimiento y entro a la ducha junto a él. Sus brazos rodean mi cuerpo de inmediato y el agua caliente se desliza con facilidad por mi cuerpo.
—No creí que despertarías tan rápido —murmura Alex.
—¿Dormí demasiado?
—No tanto muñeca. Una hora, quizás dos. Yo también dormí un poco
—¿Regresaremos hoy a la ciudad? —pregunto.
No quiero regresar todavía. Hacerlo significaría tener que enfrentar a Fred, hablar con el abogado de Alex, comenzar una demanda, hacer declaraciones, mostrar las fotografías...
—No quieres regresar —afirma él.
Levanto mi cabeza para mirarlo a los ojos.
—No justo ahora, no estoy lista para lo que viene
—No tienes que enfrentar nada, yo me haré cargo de todo
—Y te amo por eso Alex, pero en el fondo sabes que no puede manejarlo todo. Tu abogado hará preguntas, yo soy quien debe poner la denuncia
Alex suspira, estrechándome entre sus brazos.
—No pasarás por todo eso tu sola —asegura.
Asiento.
—Lo sé
—Pero volveremos en cuanto tú así lo quieras. Puede ser hoy, o mañana, cuando lo desees
—Eso es muy lindo de tu parte Alex ¿pero qué pasa con tu trabajo? —pregunto—. Porque uno de los dos aquí si tiene un horario que cumplir
Por primera vez agradezco estar desempleada, pero no quiero que Alex pierda su empleo por hacerse cargo de mí.
—Puedo trabajar desde aquí Amanda, el trabajo no es ningún impedimento para que estemos aquí
—¿De verdad? —pregunto ilusionada.
Alex ríe.
—Solo debo hacer unas llamadas para arreglar todo —él besa mi frente—. Podemos quedarnos todo lo que quieras
Él sale de la ducha dejándome sola. Termino de ducharme agradecida de que Alex quiera quedarse tanto como yo y después de unos minutos bajo el agua decido que es mejor salir antes de que mis dedos se conviertan en pasas.
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Mírame
RomansaDespués de su divorcio, Amanda Thorne se ve obligada a vivir con su suegra por una temporada. Dejó todo atrás, inclusive su carrera de modelo por su esposo que, tras un año de matrimonio decidió divorciarse. Dejándola sola, sin un hogar y sin un em...