09

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Hoy era nuestro último día en la casa de la hermana de Rivers. Estos días fueron reconfortantes y fue una buena forma de olvidar todas esas responsabilidades.

Los chicos decidieron que formemos equipos para jugar vóley. Todo iba tan bien..pero todo lo bueno debe de terminar.

— Te pasaste de verga...– dice Juan y se acerca hacia mi – ¿estas bien?

— Demasiado bien ¿no se nota? – digo sarcástica mientras me tapaba el ojo en donde la pelota golpeó.

— Perdón ____ – dice Osvaldo mientras se acerca a mi riendo de forma nerviosa – me perdonas ¿verdad? – me abraza

— Ponte esto – Ari me entrega una botella de agua congelada – antes de que se ponga mal.

— Quiero ver – Roier trata de apartar mi mano del ojo pero lo evito.

— No güey, voy al baño – agarro la botella y vi como Ivan tenía la intención de acompañarme – voy sola, quiero verlo primero.

Me alejo y pude ver por el reflejo de vidrio de la puerta como Rivers le lanzó la pelota a Osvaldo cerca de la cara y Rodrigo reía como loco.

Me dirigí al baño y me miré al espejo para ver como lucia.

— Ay no – murmure al ver el moretón. Estaba por suerte estaba fuera del párpado, era entre negro y morado.

Fui a la cocina a dejar de nuevo la botella en el congelador.

— ¿Y el resto? – escuché una voz que me hizo sobresaltar.

Alex se quedó dormido y por eso no juego con nosotros. Prefiero ni verlo.

— Afuera jugando – me sirvo un vaso de agua para no regresarlo a ver – deberías ir.

— Quizás después – responde – yo también quiero agua – se acerca hacia donde estoy yo.

Apenas vino me cubrí el costado del ojo con unos mechones de cabello.

— Ahora eres emo? – pregunta en tono de burla y yo simplemente me iba a alejar, pero fue rápido y se puso enfrente. Dejo de reír al percatarse de ese moretón – ¿Qué te paso?

— Fue un accidente con el balón – me cubro el morado con la mano.

— Déjame ver – sujeta delicadamente mi muñeca y la baja para poder verlo – por suerte no fue tan cerca.

Se dirige al congelador, agarra unos cuantos hielos y los envuelve en un pañuelo. Otra vez se acerca a mi y con cuidado lo pone sobre la zona afectada.

— Me duele – suelto un pequeño gemido de dolor – y mucho.

— Con esto se te pasará – dice con un tono suave, segundos después me separo – ¿Qué?

— Está muy frio – me quejo.

— Pues es hielo – dijo muy obvio – no te lo quites, te va ayudar a que no se te inflame – vuelve a colocarlo.

— Solo espero que pase pronto – suspira pesadamente – me veo muy mal con esto – murmuré y hago un pequeño puchero.

Alex retira la bolsa de hielo y mira a la castaña fijamente durante unos segundos.

— Oye, no perdiste un ojo – dice – ademas....es imposible que te veas mal, tienes lo tuyo morra – sus labios forman una pequeña sonrisa.

Inconscientemente hice lo mismo, y por alguna razón me sentía cómoda con su ayuda..aunque tampoco pude evitar agachar un poco mi mirada.

— Levanta tu cara hacia mi – toma su mentón con delicadeza.

— Está bien, puedo hacerlo yo – le quito la bolsa de hielo – gracias por la ayuda.

Fue a su habitación y volvió rápido con sus lentes oscuros.

— Esto servirá – le coloca las gafas – nada mal – asiente.

— Puede servir hasta volver a casa – justo en ese momento entraron los chicos.

— ¿Como te encuentras – Ivan se acerca – puedo ver?

— Solo es un pequeño moretón, no es la gran cosa – me quitó las gafas.

— Que alivio..entonces ¿Estoy perdonado? – cuestiona Osvaldo.

— Tienes suerte de caerme bien – respondo y él me da un abrazo.

— Sam ya te vengo, no te preocupes – habla Rodrigo.

— Está vieja está chiquita pero tiene una fuerza de luchador – comenta Roier.

— No iba a quedarme de brazos cruzados – dice la rubia mientras se servía agua.

Y toda la tarde jugamos juegos de mesa, comimos, platicábamos de muchas cosas y fue un plan tranquilo pero divertido.

Doble capítulo.
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𝐕𝐚𝐩𝐞 𝐆𝐢𝐫𝐥 | 𝐐𝐮𝐚𝐜𝐤𝐢𝐭𝐲 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora