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Pasaron unas 2 semanas, esta sería la última para que la apuesta se concrete.

— Te veo muy contenta – comenta Osvaldo.

— Júralo – lo mire con una sonrisa en el rostro.

— ¿Por fin se te hizo con Ivan? – cuestiona Roier.

— No, y no, ya mismo termina el mes.

— Eso que significa? – habla de nuevo.

— Que la apuesta con Alex terminará y volveré a usar el vape – explique.

— Pareces una niña con juguete nuevo – Osvaldo despeina mi cabello – pensé que ya lo olvidaste.

— Te vas a terminar quemando los pulmones – agrega Roier.

— ¿Oigan por qué no le dicen lo mismo a Rivers? – cruza los brazos – soy su amiga, sí, pero ella también.

— Pero la Rivers no le va tanto al vape como tu cabrón.

El timbre sonó y me despedí de ellos para ir a mis clases, fue una situación un poco incómoda, aunque, por una parte lo entiendo, comencé a usar el vape desde muy joven.

Recuerdo que desde que tenía 17 años, mi madre como era de costumbre estaba en su bar, platicando con sus amigas y en cuanto ellas se fueron la llevé a dormir y de un momento a otro le dio como una pequeña convulsión lo cual me hizo asustar mucho y nunca estaba tranquila en la escuela por lo que le pudiera pasar. Solía enviarle mensajes a cada hora y respondía, pero uno de esos días no fue así, pedí de favor que me dejaran ir a mi casa pero no podía sin el permiso de mi tutora. Lo único que pude hacer fue ir a un baño a tratar de calmarme, como mi preparatoria era pública normalmente en los baños suelen ir a fumar, según ellas les relajaba y las ayudaba, no creí que fuera cierto hasta que lo intenté.

El día pasó demasiado lento, solamente quería volver a casa y terminar los trabajos que tengo por hacer.

— Eu – la abrazan por detrás sin dejar de caminar – te he estado buscando.

— Aquí me tienes – hablé – aunque no por mucho tiempo.

— Tengo algo que hablar contigo – ahora se puso serio.

— Te escuchó – me separo del abrazo y me giro para verlo.

— Que pasaría si vos y yo..

— ¡Aquí estás! – llega Rodrigo corriendo y toma de los hombros a Ivan – me quieren pegar boludo – estaba muy agitado.

— ¿Por qué o qué hiciste, boludo? – estaba muy confundido, y yo también.

— Desde ayer estaba hablando con una mina y hoy su novio vino en mal plan a querer cagarme a piñas – explico.

— ¿Y por qué le hablaste si sabés que tiene novio? – lo regaña.

— Yo que iba a saber – encoge los hombros.

— ¿No trataste de hablar con él? – preguntó.

— Ni siquiera me dio chance, esta re loco – regresa a ver atrás – por ahí viene.

Vimos como un chico junto a más personas caminaban específicamente hacia donde estábamos.

— ¡Vámonos! – Rodrigo agarra del brazo a Ivan, él me tenía agarrada de la mano lo que también me hizo correr con ellos.

𝐕𝐚𝐩𝐞 𝐆𝐢𝐫𝐥 | 𝐐𝐮𝐚𝐜𝐤𝐢𝐭𝐲 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora