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Pasaron días en los que regresamos del viaje, por suerte mi ojo ya estaba sanando. Me alistaba para ir a clases. Ivan quedó en pasar por mi. Retoque el maquillaje de mi ojo y al recibir su mensaje salí.

— Hola – sonreí al verlo.

Me correspondió el saludo. Poso sus manos en mi cintura para abrazarme. No duró mucho porque oímos el claxon.

— Este pelotudo no puede esperar un poco – Ivan regresa a ver hacia el auto de Alex.

— ¡Dale, que el lic llega tarde! – grita Rodrigo y fuimos hasta ahí.

— ¿Quién carajo hace todo este escándalo? – sale mi madre, no se veía contenta.

— Es que me van a llevar – digo – descuida ya nos vamos.

— ¿Y tú eres? – su mirada se posa en el argentino.

— Me llamó Ivan – se presenta – un placer – le extiende la mano y ella corresponde.

— Nosotros ya nos vamos – agarro la mano de Ivan – adiós – nos fuimos hacia el auto.

— Che, ___ mi amigo ya no me presta la atención de antes  – se queja Rodrigo.

— No puedo hacer nada al respecto – respondo.

— Hicimos enfadar a tu vieja – comenta Ivan.

— Bueno...es que acaba de despertar – en realidad no estaba en sus cinco sentidos.

— La comprendo – dice Rodrigo.

— Pero es buena onda, o al menos yo la conocí así – agrega Alex.

— Mal día para haber conocido hoy a tu suegra – Rodrigo se burla.

— Como dijo Alex, ella es buena onda – reí de forma nerviosa – es más, te invito a venir después de clases – miro a Ivan.

— Estaría piola – asiente.

— Supongo que es un si – hable

No se si hice bien, por si las dudas le tuve que enviar un mensaje para que se vaya preparando.

Mamá hoy llevaré un invitado a
casa, por favor no quiero que
metas la pata o algo por el estilo.

— ¡Enserio lo invitaste! – exclamó Rivers, con una expresión de sorpresa – ¿y tú madre lo sabe?

— Le escribí, pero no me responde – bufo – igual y le puedo decir que vayamos a otro sitio.

— Si lo invitaste a tu casa es porque ya es serio – comenta Roier.

— Es verdad, ni a nosotros nos invitas – Rivers se acomodó en la banca.

— Es lindo y me agrada – digo – pero siento que es muy pronto para llegar a otro nivel.

— Tu déjate llevar – me aconseja Roier – en este tiempo que lo conocí pude ver que es un tipazo.

— Concuerdo con él – dice la rubia.

No tengo porque darle vueltas al asunto, aunque aún no me siento tan segura. Ahora que lo pienso tampoco hemos hablado del tema.

La campana sonó interrumpiendo nuestra platica. Durante toda la clase solo pensaba en que sucedería esta tarde, creo que me estoy arrepintiendo de haber sugerido ese plan.

— Te sientes bien? – pregunta Ari, ella también estaba al tanto.

— Creo que saldré a tomar aire – le digo en voz baja y asiente.

𝐕𝐚𝐩𝐞 𝐆𝐢𝐫𝐥 | 𝐐𝐮𝐚𝐜𝐤𝐢𝐭𝐲 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora