Era 14 de febrero, un día donde las parejas celebraban, algunos regalaban rosas, cartas, y expresaban sus sentimientos, la mayoría se declaraban a la persona que le gusta...eso es muy absurdo.
— Esos son pensamientos de alguien soltero — habla Roier.
— ¿Por qué no declararte otro día y tener que esperar hasta hoy? — cuestione — Quien sabe y si se te adelantan.
— No lo había pensando así — entrecierra los ojos.
— Mira ahí hay uno que lo va a intentar — señaló a Osvaldo, que venía hacia nosotros con un ramo de rosas en la mano.
—¿Para quién son? — pregunta Roier.
— Para ti — se las extiende — ¿Quieres ser mi san Valentín?.
— Ahuevo — le arrebata las rosas.
— Las vas a dañar men — le quita el ramo.
— Ya enserio, a quien se las vas a dar? — lo miro atentamente.
— A la loca — responde, ya se a quien se refiere — después de clases nos vamos a pasar el día, así que busca quien te lleve hoy cabrón — me dice.
— Que romántico — contestó — pero no más que Ari y Juan.
— Juan dijo que pasarían todo el día juntos, por eso no están aquí — nos cuenta Roier.
El timbre sonó y nos dirigimos a clases. Osvaldo se despidió en una esquina y continuó su camino, mientras que Roier decidió acompañarme hasta la mía. Las horas en clase parecían interminables, pero finalmente sobreviví toda la jornada y me dirigí hacia el trabajo.
Al llegar a la tienda, me encontré con un bullicio inusual; estaba repleta de personas en busca de regalos para sus parejas. Aunque la multitud era abrumadora, me reconfortaba saber que significaba que el salario sería mejor.
— ¡____! — Ana se acercó a mi — ¿Has visto a Alex hoy?.
— No.— respondió de manera seca.
— Necesito que me hagas un favor — junta las manos — ¿si?.
— ¿De que se trata? — cruzó los brazos.
— Aún no lo tengo, pero me ayudarás a escribirlo — sonrió.
— ¿También debo hacer eso? — cuestione — Nunca he escrito una carta.
— Se que lo harás perfectamente bien.
Me agarró de la mano y me llevó hasta el área de descanso, donde buscó una hoja de papel y un bolígrafo.
— Tú eres su amiga, se que este pequeño detalle marcará la diferencia.
Esto solo lo hacen los niños de secundaria.
— Pero tú eres la enamorada, escribe lo que sientes — apoya el brazo sobre la mesa.
— No estoy enamorada, aún — sonríe pícaramente.
No se como empezar esto ¿Qué puedo hacer? Nunca fui la persona que da el primer paso.
Intente procesar varios momentos en los que conviví con él, tanto buenos como malos.
Para Alex.
Aunque no nos conozcamos de mucho tiempo se que hay algo en ti que me agrada.
Tu humor me hace sonreír, tu honestidad me impresiona, tu buen corazón me conmueve.
Me gustaría tener la oportunidad de conocerte mejor y ver a donde nos lleva este camino. Espero que esta carta sea solo el comienzo.
