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— Ya enserio dime — se separa un poco de mi para verme — ¿Sucede algo?— Negué inmediatamente.

— No mientas — suelta una pequeña risa — No debe ser grave para que no me quieras contar.

Lo llevé al sofá y le expliqué lo sucedido, prefiriendo que lo escuchara de mí antes que de otra persona. Hubo un incómodo silencio. Alex apenas me miraba, jugando con sus dedos.

—¿Tu madre no lo vio? —preguntó.

—Estaba ocupada bailando, y si hubiera visto a Diego, lo asesinaba.

—Hubiera sido lo mejor —respondió, visiblemente molesto—. ¿Por qué no te alejaste?

—¡Te lo estoy diciendo, lo hice! Además, él me besó —exclamé.

Alex suspiró profundamente y desvió la mirada hacia la ventana.

—Nos vemos —se levantó para marcharse.

—Oye, ¿de verdad te vas a enfadar conmigo? —interrogué, poniéndome delante de él.

—No estoy enojado contigo, solo me molesta la situación —explicó.

—Yo..mi intención no era hacerte sentir mal —las lágrimas amenazaban con salir.

Su expresión cambió a una de preocupación y me abrazó de nuevo.

—Hablemos mañana, ¿de acuerdo? Hoy solo quiero descansar y estar solo.

—Como quieras —le di una palmada en el hombro antes de apartarme para dejarlo ir.

Me dio un beso en la mejilla antes de marcharse. Estaba nerviosa; solo había dicho la verdad, pero algo me preocupaba. Fui a la cocina y encontré un nuevo vapeador. Hacía tiempo que no usaba uno, y en este momento me vendría bien.

Desperté al sentir algo húmedo en mi rostro y encontré a Tilin lamiéndome. Me di cuenta de que no estaba en mi habitación y aún llevaba la ropa de ayer.

—Estás lamiendo restos de maquillaje, amigo — aparte al cachorro de mi rostro.

Revisé mi teléfono y vi que eran las 2 pm. Había dormido mucho. Busqué si había algún mensaje de Alex.

Alex <3
— ¿Dime a qué hora podemos
vernos?.
— ¿Sigues dormida?.

— Acabo de despertar
— Puedes comenzar a venir
ahora si quieres.

Después de responderle y recibir solo un visto, me apresuré a ducharme con la esperanza de sentirme mejor. Apenas había tomado una copa ayer, pero aún así tenía un ligero dolor de cabeza.

Cuando salí a la sala, me sorprendió ver a Alex jugando con Tilín en el sofá.

—¿Cuándo llegaste? —pregunté mientras me acercaba a ellos.

—¿Te duele la cabeza? —evadió mi pregunta y asentí.

—¿Y tú? —me senté a su lado— ¿Te sientes mejor?

—La pregunta aquí es, ¿cómo estás tú? No me sentiré tranquila hasta saber qué pasa por tu mente —respondí.

—Si fuera por mí, iría hasta su casa a decirle unas cuantas cosas, pero no quiero echar más leña al fuego —respondió—. Confío en ti, chica vape.

—Ten por seguro que puedes hacerlo —de repente, mi cuerpo se sintió más ligero—. Simplemente prefiero ni saludarlo por educación.

No dijo nada, y ambos se miraron fijamente. Sin quererlo, una sonrisa se formó en los labios de la castaña, contagiando a Alex, quien también empezó a sonreír.

Dudando por un momento, la chica se acercó para darle un beso, pero él la detuvo.

—¿Qué pasa? —pregunte confundida.

—Nada, por ahora —rió—. Hasta nuevo aviso.

— No manches..—murmure con una sonrisa burlona—. ¿Quién eres o qué?

—...Tu novio —encogió los hombros y volvió a mirarla—. Ya para qué darle tantas vueltas al asunto.

Eso me gusta más.

𝐕𝐚𝐩𝐞 𝐆𝐢𝐫𝐥 | 𝐐𝐮𝐚𝐜𝐤𝐢𝐭𝐲 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora