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— Basura, basura y más basura — dice el pelinegro mientras elimina algunos clips que grabó durante este tiempo.

— ¿Me estás diciendo basura? — le doy un pequeño golpe.

— No seas dramática — sigue revisando los vídeos — Ay, mira esto — señala la pantalla.

Era un vídeo del día que fuimos a la playa, en él estábamos Alex y yo cuando caminábamos e intentamos tirarnos al agua.

— ¿Tú estabas ahí? — le cuestione a Roier y asiente — Pero estabas con los otros intentando prender el fuego.

— Alucinas — dice — Te lo envío al correo si quieres.

Que buenos momentos.

— ¿Me podrías pasar en los que ambos salimos? — pregunte.

— Lo iba a hacer de todas formas — sonríe.

Cada vez que lo extrañé veré uno de esos vídeos, eso sonó muy cursi.

Decidí pasar la tarde en casa de Roier, ya que no tenía planes concretos. Mientras estábamos juntos, decidimos revisar algunos vídeos que tenía grabados. Durante la tarde, recibí una llamada emocionante: ¡finalmente encontré un departamento! Aunque la búsqueda había sido desafiante, no era imposible. El hecho de que estuviera cerca de la casa de mamá me dio un sentido de comodidad, así que decidí ir a recoger algunas cosas que se habían quedado en mi habitación.

Antes de entrar, vi a lo lejos a Emanuel saliendo de la casa dando un portazo; el tipo se veía molesto. Me empecé a preocupar y entré rápidamente a la casa.

— ¿Mamá? — caminé hacia la sala.

La vi en el bar de la sala sirviéndose un trago en un vaso; ni siquiera me respondió.

— ¿Qué te pasa? ¿Se pelearon? — pregunté refiriéndome a Emanuel.

— No lo vuelvas a mencionar — habló en tono serio — Ya no va a haber boda.

Suspiré y me senté a su lado, sirviéndome también un vaso.

— Volvió a intentarlo con la madre de sus hijos — confesó.

No sabía qué decir, pero ya sospechaba que este hombre no tenía buenas intenciones.

— Tu padre nunca me habría hecho esto — apoyó los codos en la barra.

— Bueno... al menos no estuvo con otra antes de terminar — no sé si eso sea algo positivo.

— Pero desaparecer de la noche a la mañana... — vi sus ojos cristalizarse.

— Mamá, ¿recuerdas cuando te sugerí volver a terapia? Creo que es el momento — la miré.

— Tranquila, solo me durará unos 3 días y estaré mejor.

— Esta mujer... — bufé.

— Por eso siempre debes demostrar cariño y afecto a las personas que amas, porque cuando sea tarde, créeme, te arrepentirás — dijo mamá.

La mujer tomó un sorbo de su bebida antes de continuar, con una mirada reflexiva en sus ojos.

— A veces, las personas no valoran lo que tienen hasta que lo pierden. Es importante aprender a apreciar los momentos y las personas que están a nuestro lado — agregó con calma.

Me quedé en silencio por un momento, reflexionando sobre sus palabras. Finalmente, asentí con la cabeza en acuerdo.

— Tienes razón. A veces damos por sentado a las personas que más nos importan y solo nos damos cuenta de su valor cuando ya no están con nosotros — admití, sintiendo un nudo en la garganta.

𝐕𝐚𝐩𝐞 𝐆𝐢𝐫𝐥 | 𝐐𝐮𝐚𝐜𝐤𝐢𝐭𝐲 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora