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Bajé a la sala y vi a mi madre junto a un hombre, ya sé a dónde va todo esto. En cuanto me vieron, se separaron.

— Ella es mi hija ____ – me presenta.

— Hola – fuerzo una sonrisa.

— Emanuel, un placer – estréchanos las manos – Tu madre me habló de ti.

— ¿De verdad? – hable con tono de burla, y la miré con una ceja alzada – supongo que cosas buenas.

La mujer ríe de manera nerviosa – ¿Como vas a preguntar eso hija?.

Nos sentamos en la mesa para empezar a cenar, se nota que esto no lo había cocinado ella, pero había que seguirle el juego.

— Y...¿Desde hace cuando se conocen? – trate de sacar tema de conversación.

— Desde hace 6 meses, pero hace poco la invité a salir – responde el hombre – en realidad me gusta desde hace mucho tiempo.

— Aw y a mi me encantas – habla con un tono coqueto.

Que incomodo es esto, literalmente se empezaron a coquetear y pasaron de mi en los próximos 5 minutos.

— Oh, perdón – habla mi madre, al percatarse de la situación – En realidad..no solo lo invite para presentarlos – se acomoda.

Apenas dijo eso y sentí un pinchazo en mi estomago, como si estuviera revolviéndose...hay algo más.

Nosotros nos conocemos desde hace mucho – explica mi madre – él estuvo conmigo en los momentos donde más necesitaba de alguien.

— ¿Qué ocurre? – hable con tono serio.

La mujer se levantó de la mesa y se fue arriba por un momento, dejándome sola con Emanuel.

— La haré muy feliz y no solo a ella – no sabría si tomarlo a bien o mal.

— Listo – volvió mi madre con las manos detrás – ¿ahora si, preparada? – me pregunta.

Yo asiento y lentamente levanta su mano, pero con un pequeño detalle en su dedo anular. Ahora si sentí el verdadero terror.

— Le pedí matrimonio a Julia – dice Emanuel y abraza a mi madre.

— P-pero apenas salieron juntos hace unos días – trate de que no se note mi nerviosismo – es muy pronto.

— Cuando amas a alguien no importa – dice la mujer y le da un corto beso a su ahora prometido – además nos conocemos hace 6 meses.

— Mamá – suspiró – deberían tomarse las cosas con calma.

— ¿No estas feliz por mi? – cuestiona.

— Yo apenas lo conozco – y tampoco me sentía cómoda.

— Tú no te vas a casar con él – frunce el ceño – ¿cual es el problema?

— Ninguno pero..

— ¿Acaso es por tu padre? – pregunta molesta – por favor ___, no eres una niña para no querer que siga con mi vida.

Ni siquiera me dejaba hablar.

— Gracias por arruinar un momento que se suponía que iba a ser hermoso – se retira de la mesa, seguida de Emanuel.

— Mis hijos nunca harían eso – escuché decir al tipo.

Solté una carcajada, ¿tenía hijos? Eso significa que no solo tendría que vivir con él, sino también con ellos.

Volví a mi habitación, que fácil te puede arruinar el día una persona. Yo no tengo problema en que mi madre rehaga su vida, el problema es con quién.

𝐕𝐚𝐩𝐞 𝐆𝐢𝐫𝐥 | 𝐐𝐮𝐚𝐜𝐤𝐢𝐭𝐲 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora