Después de sobre pensar demasiado, me decidí a empezar a buscar trabajo. Para muchos puede ser frustrante empezar a independizarse, pero a mí me está emocionando esto, todo va bien por ahora.
Hace días pasaba todas las tardes dejando mi currículum en varios sitios.
— No te tenia fe, pero te salieron ricos los tacos — dice Rivers probando la comida que Ari preparo.
— Sirvieron los tutoriales de YouTube — menciona.
Mi teléfono vibro y vi una notificación de un correo electrónico, era para uno de los trabajos en los que me postule.
— No mames — viendo la pantalla — ya tengo trabajo.
— Tienes una suerte cabrona, esa gente tarda una eternidad en llamarte — dice Rivers.
— Su primera chamba — Ari se veía feliz.
— Me da cosas — digo.
— ¿En qué sentido? — cuestiona la rubia.
— Es la primera vez que hago esto — confesé.
— Güey es que ese es tu problema — habla Rivers — siempre pones en duda algo antes de hacerlo.
Cada vez que voy a un lugar nuevo, la ansiedad y los nervios se apoderan de mí, especialmente en entornos desconocidos.
La diferencia entre estar acompañada y estar sola es abismal. Rivers comprende esto a la perfección. La única forma de liberar esa pequeña ansiedad es compartirla con alguien o simplemente vapear.
— Te va a ir muy bien morra — Rivers la abraza, eso no suele ser común.
— Oye deja a mi vieja — Ari se levanta para ponerse en frente de Rivers.
— Yo la conozco desde antes — dice la rubia.
— Pero yo paso casi toda la mañana con ella — contraataca la contraria — Es mía — me agarra de un brazo para jalarme hacia ella pero Rivers lo impide jalándome del otro.
— Me van a partir — me separo.
Continuamos disfrutando de la comida y la conversación. Aprovechando un momento, revisé el horario que me habían enviado, confirmando que la jornada era por la tarde. La suerte estaba de mi lado. Durante la charla, surgió el deseo de compartir esta noticia con Alex.
Alex
- Ya tengo chamba
- Ya no te veré por las
mañanas?
- Me tendrás que soportar
- Ah, entonces lo
apruebo :)
- Aunque yo sencillamente
podría pagarte la renta.
- Te crees un sugar?
- Pero no de cualquier persona.
— ¿Con quién hablas? — cuestiona Ari con una sonrisa pícara al ver como yo también tenia una pequeña sonrisa en mis labios.
— Es que Osvaldo se pasa de tonto — miento.
— Pero ahora él está en clases — responde Rivers.
— Es un mensaje de hace horas — tratando de convencerla.
Al día siguiente, después de las clases, me dirigí directo a la tienda de ropa donde comenzaría a trabajar. Cualquier oportunidad es bienvenida en este momento, y esto marcaba un buen comienzo.
