Ya decía yo que era tan lindo para ser real, apenas es media noche. Fui a la cocina a por un vaso de agua, ahora no podré dormir.
— ¿Por qué estás despierta? – dice una voz que me hizo sobresaltar.
— Mamá me asustaste – hablé con una mano sobre mi pecho.
— Lo siento – también se sirve agua – ¿No puedes dormir hija? – negué con la cabeza.
Nos quedamos en silencios durante unos largos minutos, cada una estaba mirando en un punto fijo de la cocina.
— Alguna vez..¿soñaste con algo que se sintiera real? – rompí el silencio.
— Te refieres a un sueño lúcido – dice – ya perdí la cuenta, aunque últimamente deje de tenerlos.
— ¿Ya estás en los preparativos para tu boda? – quiero asegurarme de algo.
— Aún es pronto para eso – deja el vaso en el lavaplatos y se camina hacia el marco – recuerda que sin rodeos las cosas son más fáciles – dijo por último y se fue.
A veces tiene la razón, todo fue extraño. Cuando volví a mi habitación, volví a revisar mis mensajes y lo último que le respondí fue que nos veríamos esta misma tarde, que no pasó porque volví a quedarme dormida.
"No importa como te sientas, feliz, triste, deprimida o lo que sea, solo cuéntamelo"
— ¿Será conveniente llamar a esta hora? – me cuestione a mi misma.
Prendí mi celular y sin pensarlo marqué al número de Alex, en solo unos segundos me contestó.
¿Diga? – contesta.
— Perdón ¿te desperté? – dije.
No, de hecho acabo de terminar unos trabajos para mañana.
— Ya veo – hice una pausa.
¿Y por qué me llamas a esta hora chica vape? Deberías estar dormida.
— No puedo dormir, hay algo que me tiene inquieta – confesé.
¿Ivan? – no dije nada, pero creo que ya lo tiene claro – pues habla con él y si te gusta díselo, si no, pues a chingar a su madre los dos – dice como si nada – no es complicado.
— Sonaste casi igual a mi mamá – dije entre una carcajada.
Es que si güey, le dan tantas vueltas al asunto porque les encanta el pinche sufrimiento.
— Veré que pasa mañana – digo por último – te dejo descansar.
No, ya me quitaste el sueño y ahora te quedas hasta que me duerma – reprocha.
— Alex no quiero que..
Solo quédate un rato más ¿si? – interrumpe.
— Está bien – suspiro – pero si me da sueño a mi primero, me voy.
Eso tenlo por seguro – responde – ¿vemos una película?
— Se supone que intentaremos dormir, no lo contrario.
Yo pensé que podíamos ver High School Musical, mi hermana me hizo enganchar con eso – dice.
— A mi también me encanta, me trae nostalgia.
¿Extrañas ser niña?
— Todo era tan fácil, si ser adulto es complicado imagínate agregando el "independiente".
¿cómo eras de niña chica vape? Te imagino menos amargada – dice con una carcajada al final.
— Pues era una niña normal – digo – ¿Y tú?
Yo me peleaba con medio mundo en facebook – dice – hasta una amiga que era fan de Justin Bieber publicaba fotos de él en su perfil y yo le decía que ni la debe de topar – dice entre carcajadas.
— ¡Con Justin Bieber no! – le advierto – A mi mis primos me molestaban porque era la época en la que era odiado.
¿Apoco fuiste ese tipo de fan? – cuestionó.
— Hasta me imaginaba una vida con él – confesé.
Mándame una foto de cuando eras niña, chica vape – pide.
— Si lo hago, tú también me debes mandar una tuya.
Ah claro – acepta.
Le envié una foto que tenía en mi galería, era la única que tenía, no iba a ir hasta la sala para buscar todas las fotos.
— Tú naciste con el gorro pegado a la cabeza – digo al ver su foto.
Fíjate que cuando iba a la primaria me obligaban a sacármelo, porque no iba con el uniforme – recuerda.
— Oye, hablando en serio, quisiera ver cómo te miras sin gorro – dije.
Ya perdiste la oportunidad de verlo – habla.
— ¿Has oído que existen las segundas oportunidades?.
Nunca funcionan.
— ¿Como estas tan seguro?
Debes ganártela.
— ¿Ganármela? ¿Cómo se supone que haga eso? – preguntó en tono burlón.
¡Que veamos la película chingada madre! – exclama – se supone que haríamos eso.
— Solo déjame prender mi laptop.
Acomodé mi laptop en la mesa de al lado de mi cama, ya con todo listo. Ambos reproducimos la película y comentábamos ciertas cosas, hasta llegamos a ver la segunda y tercera película. Definitivamente, no dormimos esa madrugada.