Un último adiós

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Después de vestirse y arreglarse salieron del cuarto para bajar a comer con los demás.

—Buenos días a esa fresca parejita— Ama apresuró a decir al verlas llegar.

Las chicas se sonrojaron al escuchar los halagos de sus amigos y tomaron asiento. —¿Como les fue anoche, perras?— Molly preguntó.

—Bien, dormimos rico— Ari respondió.

—Yo las escuché salir en la mañana cuando fui a la cocina— Molly comentó.

—Si, estábamos viendo el amanecer en la playa, fue muy lindo, debieron verlo— Dijo Rivers.

Los amigos procedieron a almorzar, risas y chistes provenían de la mesa y anécdotas de cada uno. Se respiraba la paz y alegría por pasarla bien con amigos que de verdad disfruten la compañía de los otros.










Horas después...










Vamos por las motos para correr, ya estoy emocionada— Exclamó Ari.

—¿Motos?— Dijo dudosa la rubia.

—Esa es otra sorpresa para ti, alquilamos motos para correr en la carretera de aquí.

Rivers se emocionó, es una chica que le emociona usar motos o carros y manejar — Cada día te quiero más— Atacó sus labios.


Todos se fueron a preparar para usar las motos poniéndose ropa adecuada y cascos para la actividad.





En el cuarto...





—Gracias por todo esto, Ari, de verdad. No tenías que hacerlo.

—Bebé, eres lo que me hace más feliz en este mundo, haría todo por ti— Dijo para besar a la rubia.




Todos bajaron al primer piso y vieron las motos que habían alquilado. El instructor los reunió a todos para dar las instrucciones.

—Hay mucha carretera para que conduzcan, siempre usen sus cascos, no vayan a una excedida velocidad y sean cuidadosos. Hay partes de la carretera que son curvas, y al final podrán ir al mirador para tener vista a la ciudad. Disfruten.

Los chicos emocionados subieron a las motos en parejas.

Molly y Mariana juntos, Filis y Ama, Rocío y Felix en una moto y Ari y Rivers en otra.

Arrancaron hacia el camino indicado, Rivers era quien manejaba en la moto, le encanta este tipo de actividades. El viento y el sol iluminaba las motos de los chicos quienes estaban emocionados por la adrenalina que estaban sintiendo y de lo libres que se sentían.

Molly se levantó sobre la moto —¡Que vivan las vacaciones y las lesbianas!— provocando la risas de todos.

La vista desde la carretera era hermosa, podían ver a lo lejos el mar y las montañas mientras avanzaban. Ari y Rivers se sentían felices de poder experimentar la adrenalina juntas.

En un momento Ari se levantó sobre la moto agitando sus manos y moviendo sus caderas mientras gritaba a los que venían atrás de ellas. Pues Rivers llevaba la delantera mientras todos quedaban atrás.

Ari tomó asiento y fijó sus ojos en Rivers, verla manejar era lo más provocativo y sexy que podía ver. Cualquier cosa que hiciera le parecía la chica más hermosa.

—Te amo— Las palabras salieron de su boca dulcemente.

Rivers no podía escuchar lo que decía por el fuerte viento que le tapaba los oídos, miró hacia Ari confundida —¿Qué?— Decía la rubia en confusión.

Nuestros labios guardan el secreto [Rivari]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora