Nuestros labios guardan el secreto [Rivari]

Realmente pasó?

El resplandor del sol atravesó la ventana del cuarto, un pájaro se posó en el balcón y la habitación está fresca. Un pequeño resplandor llegó justo al ojo de Ari provocándole molestia hasta despertarla.

Se levantó de la cama dirigiéndose al baño para lavar su rostro, al poner agua en su cara se miró al espejo y un ruido llamó su atención, se asomó, escuchó que era en la cocina y bajó los escalones para dirigirse de donde prevenía el ruido...

Estrujando sus ojos pudo ver con claridad
—¿Ama? ¿Qué haces aquí?— Preguntó al darse cuenta que era su hermana haciendo desayuno.

—Me quedé a dormir ayer, tienes que alimentarte.

—Y donde está Rivis?

Un silencio invadió la cocina y Ama al escuchar esto tuvo un gesto extraño, confundida...
—¿Rivers?

—Si, se supone que hoy le daban de alta del hospital y que podría salir.

—Ari... estas bien? ¿Tomaste?— Preguntó Ama con confusión.

—Como voy a tomar? No, no he tomado nada, solo quiero saber si ya salió Rivers.

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—Ari... Rivers murió, ella no está en el hospital, ¿no recuerdas?

En ese momento Ari sintió una punzada en su corazón, sintió que le faltaba el aire y apenas podía estar derecha, sintió un apretón de pecho que le dejaba incomodidad... —¿Qué?

Ama se preocupó, dejó lo que estaba haciendo y se acercó a Ari para mirarla a los ojos. —Rivers murió hace una semana, Ari...

—No, no, no, no. El doctor me llamó diciéndome que se despertó del coma, yo hablé con ella ayer, el doctor me dijo que hoy iba a salir de esa puta habitación, que iría recordando y que volvería conmigo— Ari parecía rapear, no respiraba diciendo las palabras.

—Wow, wow, cálmate Ari, ven, siéntate aquí—Dijo Ama llevándola al sofá.

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—Ari, Rivers murió aquella noche en su departamento, no sobrevivió, ya era demasiado tarde... nosotros la llevamos a enterrar hace una semana antes de ir donde nuestra tía, cómo... cómo no recuerdas...

Ari solo se quedaba con su mirada perdida, mirando a la nada, Ama la sacudía para que reaccionara pero lágrimas salieron de sus ojos.... —Dime, qué pasó esa noche... dime, por favor—Preguntó Ari.

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—Bueno... Según lo que me dijiste, llegaste al departamento, agarraste un sartén y golpeaste a Juan pero cuando fuiste con Rivers apenas podía respirar... Estaba colorada y tenía los ojos entreabiertos pero no pudo más, su cuerpo estaba muy débil... Osvaldo llegó porque escuchó el escándalo de la policía en el lugar y me llamó. Cuando llegué estabas sentada en una banca... no decías nada y te pasaste días sin comer ni hablar.

Mientras Ama contaba la historia, la mente de Ari estaba hecha un desorden, no podía pensar con claridad, se sentía débil y aunque estaba escuchando a Ama, no le estaba prestando atención.

—¿Ari? ¿Estás bien? ¿Si me escuchaste?

—Entonces... realmente pasó? Es que Ama, yo la vi a los ojos, vi como entraban todos al hospital por la noticia, tú estuviste ahí— Respondió histérica.