¿Rivama?

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Ama esperó y fingió como si recién había entrado a la habitación...

—Hola, perras, aquí le traje todo— Dijo Ama un poco sacada de onda de lo que había visto.

—Gracias Ama, tu hermana está un poco mareada, es mejor que se duerman... ambas.

—Ah si... bueno— Caminó hacia su hermana —Ari te vas a quedar conmigo hoy, ¿no?

—Si, hoy me quedo, Rivis se puede quedar si quiere también, ¿no?

—No, no, no, gracias pero no. Tengo cosas que hacer muy temprano y Félix irá para ayudarme con algunas cosas, descansen ustedes aquí.

Seguido de esto, Rivers se despidió, abrazó a Ari y Ama y se fue a su departamento.

Al cerrarse aquella puerta Ama aprovechó el momento para hablar.
—Ari, ¿puedo hablar contigo?

—Ay bebé, te quiero mucho pero ahora estoy muy cansada y mareada. Mañana platicamos, ¿va?

—Bueno... Descansa bebé, buenas noches.







                             Al día siguiente

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                             Al día siguiente...



                                 (Narra Ari)

Me desperté por el ruido que había abajo en la cocina, aparte del olor tan rico que arropaba la habitación. Me dolía un poco la cabeza pero era resaca de lo de ayer, aunque realmente no me acuerdo de mucho.

Me cepillé, me lavé la cara y bajé a ver qué era lo de la cocina... Y vi a Ama haciendo el desayuno.

—Buenos días bebé, ¿cómo estás?

—Hola Ari, ¿como dormiste? ¿te sientes mejor?

—Sí, me siento un poco mejor, gracias por preguntar... Oye, me puedes contar que pasó anoche? Es que no me acuerdo mucho la verdad.

A

Ama colocó el plato con el desayuno y se sentó a a comer conmigo en la mesa.. Aunque mientras desayunaba sentía una mirada extraña de parte de ella < Por qué me mira así? Hice algo grave anoche? O solo está de mal humor? > eran las preguntas que pasaban por mi mente.

—Ari, tengo que hablar contigo, sobre algo qué pasó ayer...

Tomé el vaso con jugo esperando a que hablara —Te vi a ti y a Rivers besándose anoche— Al escuchar esto escupí el líquido que estaba tomando.
—¿De qué hablas? ¿Besándonos?

—Subí con botellas de agua y pastillas porque te sentías mal y te encuentro comiéndote la boca de Rivers, o sea, ¿qué es eso? no mames.

—Creo que era que estaba muy tomada y
mala copa.

Nuestros labios guardan el secreto [Rivari]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora