Pov Chiara
El despertador sonó y me levanté, muy a mi pesar. Por mucho que me gustase el trabajo no podía dejar de pensar en lo largos que se me iban a hacer los días si la relación con mi tutora iba a seguir esta tónica.
-Dichosos los ojos hermana -Martin me guiñó el ojo apoyado en la encimera de la cocina mientras le pegaba un sorbo a su café.
-Buenos días guapetón, tigre, mansa fiera... ¿Qué tal te fue la cita con el vecino?
-Yo diría que bastante bien -se sonrojó.
-Bueno yo diría que espectacular, oí la puerta abrirse a las cuatro de la mañana -apareció Ruslana por la puerta con cara de no haber dormido bien.
-No empieces por que no estás para hablar
-No no si yo me alegro de que le déis rienda suelta al amor, quién pudiera
-Oye dejad de quejaros los dos porque creo que lo del amor lo lleváis bien cubierto ambos -agregé.
-Tengo el presentimiento de que pronto algo va a pasar Kiki -me dijo Rus después soltarse del abrazo en el que llevábamos enredadas desde que apareció.
-Yo no lo tengo tan claro, pero bueno, yo por ahora me voy a preparar mi yogur con plátano que me tengo que ir
-Con Violeta -añadió Martin.
Ayer nada más llegar tenía a los dos cotillas esperando en la puerta para saber todo lo que había ocurrido.
Ayer por la noche
-Kiki por dios cuentanos ya todo
-Yo no sé si las casualidades existen pero Violeta, la madre de Lúa, la chiquitina que se perdió estaba allí cuando llegué, por lo visto es jefa de departamento y me ha tocado estar con ella estos meses
-Si hombre -Ruslana estaba en shock y Martin no era capaz de decir nada, sólo se limitó a sonreír.
-Lo que pasa es que me la esperaba más receptiva y al final ha resultado ser un poco más seria, hemos hablado muy poco, pero bueno supongo que serán cosas de persona atareada
-Kiki yo creo que no va a tardar mucho en dejar de ignorarte, créeme -concluyó Martin.
...
Y así fue, los días que le siguieron a ese primer tropiezo torpe fueron de lo más agradables para ambas chicas, se entendían muy bien, trabajaban agusto en compañía de la otra, cuando alguna necesitaba un favor la otra no dudaba en resolver lo que fuera, no parecían tutora y alumna, desde fuera parecía que llevasen toda la vida trabajando mano a mano.
Por otra parte estaba Lúa, que cada tarde, esas dos horas que se quedaban colgando en el calendario de Violeta, las pasaba en el despacho con las chicas, Chiara muchas veces le traía mandarinas que a la pequeña, como a Rus, su mejor amiga, le fascinaban. Lúa no sacaba de su boca a Kiki, había descubierto en ella una adulta que sin duda era la más divertida, dejaba de lado por momentos el trabajo para escuchar sus historias y se emocionaba con ella, la tomaba en serio y le daba su lugar.
Para qué mentir, muchas veces Juanjo y Denna la habían pillado mirando intensamente a la nueva y claro que habían bromeado sobre ello, lo que pasa es que la mayor sólo se limitaba a negarse una y otra vez lo que cada día parecía más obvio, su conexión era especial.
Pov Violeta
Habían pasado unas semanas en las cuales mi vida se había ido derrumbando poco a poco dejando un vacío muy pesado en mí.