22. Luciérnagas y Mariposas II

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En un abrir y cerrar de ojos el tercer día del año llegó, Chiara y Violeta habían aprovechado esos días de vacaciones para, además de descansar y disfrutar, empezar con la gestión de los papeles para el proceso de adopción y con ella los de su boda, que habían acordado primero firmar los papeles de forma íntima sin mucho revuelo, para en unos meses cuando tuviesen todos los procesos terminados, celebrarlo con la familia y amigos.

Por otro lado, Martin se había encargado de reunir a todos los amigos que tenían las chicas en común además de sus familias en el Molly's aquella noche de Jueves en la cual Chiara volvía a tocar en el escenario, pero esta vez siendo una excusa perfecta para anunciarles a los chicos la gran noticia y compartir ese momento con su entorno.

Pov Violeta

—Kiki que no voy a cantar, ya te lo he dicho -suspiré un poco cansada de la conversación que estaba alargándose ya demasiado en el tiempo y no me dejaba centrarme en seguir doblando la ropa.

—Vio, va que cantas genial -insistió Chiara una vez más en lo que me pasaba las prendas que se caían al suelo.

—Bueno eso habría que verlo

—Además ¿no te mueres de ganas por saber qué canción es la que te dedico? -me ignoró por completo.

—Amore, con eso no me vengas porque al final nunca me lo dices, eres muy bicho -seguía sacando la ropa de la secadora cuando noté que me abrazaba por detrás obligándome a parar en mi tarea de doblar la ropa

—Pero esta vez es de verdad Vio jo, que me hace muchísima ilusión -me susurró muy bajito con el tono completamente endulzado mientras que nos hacía mover el peso de una pierna a la otra en el sitio balanceándonos.

—Es que hace mucho que no me subo a un escenario cariño, dejé de hacerlo cuando Lúa y para qué mentir, me da pánico -le intenté explicar debatiéndome entre el miedo y su cara de súplica.

—¿Sabes que algún día terminarás subiéndote conmigo en el escenario verdad? -me dió un beso en el cuello.

—No te digo yo que no pero hoy no va a ser -me giré y no pude evitar besarla varias veces intentando sentirme menos culpable sabiendo que es algo de lo que tenía muchas ganas.

—Unos cuantos besos no van a hacer que me deje de doler -se hizo la dramática.

—Kiki por favor no me seas teatrera que ya tengo suficiente con una como para que tú también empieces

—Igual si algún alma caritativa me da unos cuantos besos más se me termina pasando este sofocón -dijo apoyándose en la encimera mientras se llevaba la mano al pecho

—Eres una sinvergüenza -le dije y no me pude contener de tirarle una bolita de calcetines a la cara antes de acercarme.

—¿Perdón? ¿Qué ha sido ese ataque así por que sí? -terminó de recortar la distancia cogiéndome por las caderas.

—No digas que ha sido por la cara porque llevas toda la mañana detrás mío como un titi dándome la tabarra con lo de subirme a cantar y encima ahora te me pones modo víctima dramática -le respondí intentando aguantarme la risa al verle la cara.

—Encima te ríes, eres mala eh -me pellizcó la barriga y yo se la devolví en el brazo.

—¿Pero tú te crees que yo puedo mantener la seriedad si me pones esa cara? Si es que -le cogí la cara entre mis manos mientras me mordía el labio inferior intentando canalizar de alguna forma todo lo que me estaba provocando la situación.

—Te perdono si me das un besito -bajó de pronto el volumen mirándome como si hubiese hecho alguna trastada.

—¿Así de fácil perdonas tú? -sonreí intuyendo que ella ya no quería seguir hablando.

Cometas Por El Cielo (Kivi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora