32. Háblame de tí II

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Noviembre 2023

Pov Violeta

Pasé el móvil por el datáfono que sostenía el camarero después de una breve discusión con Chiara ya que no paraba de insistir en que ella quería pagar, pero no iba a permitírselo, ella ya había pagado varios cafés en la cafetería.

Durante la cena mantuvimos conversaciones totalmente banales, quiero decir, que después de la conversación del café nos hacía falta una pausa, un tiempo muerto antes de abordar la información que sentía que le debía. No quería admitirlo en aquel momento pero me había dejado muy trastocada, de repente conocía una parte muy importante de su historia y mi mirada amenazaba con cambiar, algo para lo que todavía no estaba preparada.

Tal y como habíamos acordado durante la cena una vez terminamos pusimos rumbo a su casa, que es la que teníamos más cerca, según Chiara sus hermanos hoy no estaban en casa y podríamos hablar tranquilamente, además me había comentado durante la cena que tenía una colección de vinilos que obviamente tenía que bichear.

El paseo aunque silencioso fue cómodo, nos estábamos dando el espacio que necesitábamos antes de encerrarnos y volver a tocar el pasado. De vez en cuando me distraía mirando su perfil, contando una y otra vez los lunares que perfilaban sus mejillas conseguía mantenerme tranquila a pesar de ese run run que no cesaba en mi estómago.

Era la primera vez que entraba en casa de Chiara, después de pasearme por el piso llegué a la conclusión de que los techos altos y la amplitud del dúplex combinada con la decoración expresaba al cien por cien cómo era ella. Estaba segura de que por las mañanas entraría mucha luz por las ventanas de madera pintadas de blanco que daban a dos pequeños balcones, las plantas que adornaban las esquinas y los instrumentos esparcidos por el salón junto con la estantería que sujetaba el tocadiscos y la infinidad de vinilos que según Chiara, su padre y ahora su hermano habían ido adquiriendo. El cuarto de Chiara a pesar de no estar terminado ya que según ella faltaban cosas, era perfecto y cada detalle gritaba su nombre, no pasaron desapercibidas las fotos familiares por el pasillo al lado de las imitaciones de algunos cuadros que a mi parecer descubría el buen gusto artístico de los chicos.

Me sorprendí a mí misma pensando que no me importaría cocinar en aquella amplia cocina si detrás de la barra americana que dejaba a la vista el salón, en los banquitos donde ahora estaba sentada esperando a que terminase de servir las copas de vino, estuviese sentada ella. O que el cosquilleo que había empezado a sentir en los dedos gritaban el anhelo que había tratado de hacer desaparecer mil veces sin acierto porque me daba miedo admitir que la solución a ese cosquilleo que se volvía picazón en algunos momentos, era la piel de Chiara.

No sé en qué momento me dispersé tanto pero ahora tenía a la responsable de mis distracciones delante casi entre mis piernas moviendo su mano delante de mi cara tratando de hacerme volver.

—Perdón que me he ido por completo

—¿Estás bien? Si es por algo que pueda cambiar para que estés mejor...

—Tranquila, simplemente estaba pensando en que me encanta cómo tenéis el piso decorado y me he abstraído sin querer

—¿Segura?

—Muy

—Entonces...¿Vamos al sofá? Igual estamos más cómodas allí

Cogimos nuestras copas y nos acomodamos en el sofá, nos sentamos apoyando nuestras espaldas en los reposabrazos quedando la una frente a la otra, mientras que Chiara había cruzado sus piernas yo sólo había subido una apoyándola en el respaldo y la otra estirada llegando a tocar el suelo con el pié. Chiara había dejado encendida sólo la lámpara de la esquina del salón que nos proporcionaba una luz tenue, sin duda ayudaba a mantener ese ambiente de momento íntimo pero a la vez familiar.

Cometas Por El Cielo (Kivi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora