43. Tiro al aire

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16 de Septiembre 2028

En el mundo de los sueños todo es posible, desde volar hasta teletransportarte a mil lugares distintos en lo que dura un suspiro, para Lúa aquella noche los sueños dejaron de tener sentido, pudo verse así misma rodeada de muchas personas en un sitio extraño, sintiendo la más profunda soledad y un vacío que a lo largo de la noche trató de rellenar de mil maneras diferentes, hasta que su propio latido junto con la humedad de su cuello la alertaron consiguiendo despertarla.

Pov Violeta

Llevaba unos cuantos minutos disfrutando del sol que entraba por las ventanas de la habitación mientras acariciaba el hombro de mi mujer cuando el sonido de unos suaves pasos por el pasillo me hicieron abrir los ojos y subir la cabeza. Pensé que cualquiera de mis dos niños venían como solían hacer cada fin de semana para avisarnos de que estaban despiertos y que era la hora de levantarse, pero me equivoqué, pasaron los segundos y lo único que escuché fue la madera de las escaleras crujir.

—Kiki amor -la zarandeé un poco.- Voy a bajar, uno de los dos se ha despertado y ha bajado por las escaleras y como sea Leo nos quedamos sin casa

—Vale, yo voy ahora -dijo adormecida frotándose los ojos.

—Buenos días, te quiero -dejé un pico sobre sus labios y sin esperar la respuesta salí de la habitación.

Caminé escaleras abajo pendiente de cada esquina que veía desde arriba, asomé mi cabeza por la cocina y no vi a ninguno de los dos así que seguí hasta el salón, tampoco había señales de vida por allí, pensé rápido en el garaje, pero en medio de mis pensamientos la ausencia de la manta favorita de Lúa en el cesto que teníamos para ellas, llamó mi atención.

El jardín.

Cogí la sudadera que Kiki siempre dejaba en el sillón al lado de la puerta del jardín y al ponérmela abrí la puerta, el frío mañanero que empezaba a notarse me dió de lleno junto con la imagen de mi hija acostada en la hamaca de tela, la habíamos puesto hace no mucho y se había convertido en su lugar favorito.

—Mi amor, buenos días -me asomé para verle la carita y dejar un beso en su frente.- ¿Viendo cómo amanece?

—Buenos días mamá -me contestó con la voz rasposa.- Me relaja ver el cielo

—Muchas veces necesitamos dejar de mirar al frente y lo que nos rodea para alejarnos un poco y tomar aire ¿Puedo? -señalé la hamaca.

—Mamá eso no se pregunta -noté un pequeño cambio en sus comisuras que parecían querer levantarse.

—Claro que se pregunta, igual querías tener tu momento -me acomodé bajo la manta abriendo mi brazo para que recostara su cabecita y cupiésemos mejor.

—No quiero momentos, sólo quiero entender las cosas y por mucho que le dé vueltas parece que no tiene una explicación

—¿Te apetece contármelo y así pensamos juntas?

—¿Y mami? Es que no me apetece contarlo dos veces

—No pasa nada es nor...

—¿Alguien ha dicho mami? -Kiki apareció con Leo entre sus brazos cubiertos por la manta grande que solíamos utilizar las dos.

—Justo en el momento perfecto, ni que nos hubieses escuchado -dije yo con una sonrisa viendo las caritas de dormidos que llevaban los dos.

—Es que qué puedo decir, es el sentido arácnido ¿sabes? -vaciló sonriendo.

—Anda siéntate Peter Parker, Lúa nos iba a contar

—Claro mi amor, cuéntanos -su mano agarró con delicadeza la de nuestra peque haciendo que descansasen ambas en mi regazo.

Cometas Por El Cielo (Kivi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora