9. Porque voy contigo

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Volvía a ser Lunes, la semana se planteaba ajetreada para las chicas, después de la exitosa reunión Juanjo les anunciaría hoy en qué consistirá el siguiente reto, empezar campañas siempre es lo que más tiempo requiere ya que conlleva plantear una lluvia de ideas, ponerse de acuerdo con el resto de participantes y en definitiva, mucho correo arriba y correo abajo.

Para suerte de ambas chicas entre ellas era todo siempre mucho más fácil, se ponían como locas a trabajar y en poco tiempo lograban grandes cosas.

Pov Violeta

Me había despertado con mucho sueño, intentando alargar mi sueño unos cinco minutos más hasta que recordé que ésta semana le tocaba a Chiara recogernos, lo cuál conllevaba tener a Lúa contenta cantando todas las canciones que Kiki le ponía en el coche de camino al cole resolviendo el problema de diario que tenía siempre con la pequeña, despertarla.

Eran las ocho menos cuarto cuando Kiki apareció en su portal apoyada en su coche esperando para montar a Lúa como siempre hacía.

—¡Kiki! ¡Buenos días! -Lúa se lanzó a por ella en lo que abría el portal dibujándome una sonrisa en la cara.

—Buenos días bichín -la alzó por los aires provocando carcajadas a Lúa que suplicaba que la bajase.- Venga, que hay que llegar al cole.

Se dispuso a abrocharla una vez la peque se sentó en la que ya había quedado bautizada como su silla, mientras yo esperaba detrás de la puerta para cerrarla, y como ya era habitual darle los...

—Buenos días -le sonreí.

Good morning my Lady -me dio un beso en la mejilla una vez hube cerrado la puerta para luego andar hacia atrás sin dejar de sonreír hasta que cada una llegó a su asiento.- We're ready?

Lúa pegó su grito de todos los días dando paso a unos ambientados minutos en los que la música y las voces de mis dos personas favoritas animaban la salida del sol.

Una vez Lúa entró al aula matinal acompañada por Kiki, desde que empezamos a recogernos la una a la otra no admitía que yo la llevase, Kiki volvía andando a paso ligero colocándose el pelo como siempre hacía, no pude contener la sonrisa.

Una vez se montó en el coche se quedó mirándome extrañada.

—¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así?

—La que tendría que hacer esa pregunta soy yo ¿no crees? -me respondió ella.

—¿Por?

—Por nada, te queda muy bien la sonrisa por cierto -finalizó antes de arrancar ensanchando aún más mi sonrisa.

—Gracias -me apoyé con el brazo en la ventanilla.

Una vez llegamos al párking de la oficina yo subí para ir encendiendo luces y quitar alarmas, mientras ella iba a por nuestro café de todos los días. No tardó mucho en subir y seguida de ella venía Juanjo.

—Que bien os veo, con vuestros cafelitos, leyendo el correo...

—Mi ilusión vital, contestar correos a las ocho de la mañana Juanjo -le respondí con retintín.

—Bueno os tengo que comentar una cosa

—A ver con qué vienes esta vez, miedo me das -me eché para atrás en la silla.

—Déjalo hablar Vio que me ponéis nerviosa

—Gracias mi niña, bueno, Paris, evento y reunión con la franquicia de Lancome dos noches y dos días, saldríais el domingo por la noche, aterrizáis en la madrugada del Lunes, ese mismo día tenéis la reunión, hacéis noche y al día siguiente por la tarde es el evento y el Miércoles por la mañana avión de vuelta -sonrió.- ¿Qué os parece?

Cometas Por El Cielo (Kivi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora