25. Sombras del pasado.

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Hikari había dedicado todo el día a cuidar del animado orfanato, donde risas y travesuras de los pequeños llenaban el aire

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Hikari había dedicado todo el día a cuidar del animado orfanato, donde risas y travesuras de los pequeños llenaban el aire. Entre todos, destacaba la conexión especial que tenía con el bebé Kagami. Sus ojos brillaban con fascinación cada vez que ella se acercaba, y sus torpes intentos por mantener erguida su cabezita arrancaban sonrisas a todos los presentes.

A medida que avanzaba el día, Hikari se encontraba envuelta en la bulliciosa actividad del orfanato. Sin embargo, su atención siempre regresaba al pequeño Kagami, cuya presencia iluminaba su rutina. La ternura que brotaba al sostenerlo en sus brazos era indescriptible, y la sensación de su corazón latiendo con fuerza por ese vínculo especial hacía que cada despedida fuera más difícil.

A pesar del peso en su corazón al dejar al pequeño Kagami, Hikari se despedía del orfanato cada atardecer para emprender la cómoda caminata de regreso a su hogar en la aldea. La calidez del reconocimiento de la comunidad la rodeaba, siendo aclamada como líder Uchiha, figura esencial en la consolidación del acuerdo de paz entre los clanes Uchiha y Senju.

Mientras caminaba por las calles de la aldea, los saludos respetuosos de los habitantes resonaban a su paso. La reputación de Hikari no solo alcanzaba al clan Uchiha, sino que también había cultivado lazos amigables con miembros de los clanes Sarutobi y Shimura. La aldea se convertía en un tapiz de relaciones interconectadas, donde la líder Uchiha era un nexo que fortalecía los vínculos entre diferentes comunidades.

La alegría de Hikari se alimentaba al observar la armoniosa convivencia entre su clan Uchiha y los Senju, así como la cálida acogida que brindaban a los recién llegados Sarutobi y Shimura. Sin embargo, entre los brillantes destellos de unidad y colaboración, existían detalles que requerían atención.

Aunque los lazos se fortalecían día a día, Hikari sabía que algunos pequeños desafíos aún esperaban ser resueltos. Detalles menores, como diferencias culturales o malentendidos, requerían paciencia y comprensión para ser superados. Además, existían tensiones latentes que, aunque no habían estallado, persistían como nubarrones en el horizonte.

Mientras Hikari paseaba serenamente por la aldea, notó la presencia distinguida de Mito Uzumaki acercándose con elegancia. Mito, con su kimono blanco impecable y sus dos moños altos, irradiaba una belleza que resaltaba su prestigio. Aunque Hikari provenía de un clan Uchiha reconocido por su valentía en la guerra, observaba con respeto las habilidades políticas refinadas de los Uzumaki, quienes habían prosperado en un entorno de paz en su propia aldea.

Mito llegó al lado de Hikari con una sonrisa grácil, saludándola educadamente.

—Hikari-san, qué placer encontrarte. Hubiera disfrutado charlar contigo en la reunión de ayer, pero cuando intenté buscarte, ya no estabas.

Hikari asintió con cortesía, expresando su disculpa.

—Mis disculpas, Mito-san. Me tomé un breve momento para disfrutar del aire fresco y terminé entablando una conversación con Tobirama fuera de la reunión.

Amor en guerra. (Tobirama Senju Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora