16. Lágrimas de guerra.

311 36 4
                                    

En un nuevo día, el campo de batalla se desplegaba ante los ojos de los Uchiha y los Senju

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


En un nuevo día, el campo de batalla se desplegaba ante los ojos de los Uchiha y los Senju. Era una guerra que ya se había vuelto una costumbre para los miembros de ambos clanes, mientras otros observadores preferían mantenerse lejos debido a los innumerables conflictos que rodeaban a estos dos poderosos linajes.

Sin embargo, esta vez, el campo de guerra emanaba una sensación diferente, como si la batalla estuviera destinada a proclamar un vencedor. Los estruendos de las técnicas ninja resonaban en el aire, acompañados por el choque de las armas y el estruendo de las explosiones. Las llamas danzaban en el horizonte, pintando el escenario con tonos de rojo y naranja, reflejo de la intensidad de la lucha.

En el corazón de la contienda, los Uchiha y los Senju luchaban con tenacidad, cada uno esforzándose por asegurar la supremacía sobre el otro. El terreno estaba marcado por cráteres y escombros, testigos mudos de los enfrentamientos previos.

Los líderes de ambos clanes, Madara Uchiha y Hashirama Senju, se encontraban en el epicentro de la batalla, enfrentándose con una ferocidad que iba más allá de la mera rivalidad. Ambos conocían el peso de sus decisiones y el impacto que tendrían en el destino de sus respectivos clanes.

Mientras Madara y Hashirama libraban su feroz batalla, los hermanos menores, Tobirama Senju e Izuna Uchiha, continuaban su confrontación en un duelo que iba más allá de la mera rivalidad. A diferencia de los líderes de sus clanes, Tobirama e Izuna no compartían el lazo de respeto que frenaba la ferocidad de la lucha entre Madara y Hashirama.

Tobirama y Izuna se enfrentaban con una intensidad palpable, buscando cada oportunidad para infligir daño y, en última instancia, acabar con la vida del otro.

En un espectáculo de habilidad elemental, Izuna Uchiha creó una imponente bola de fuego para defenderse de Tobirama Senju. Sin embargo, Tobirama no dudó en contraatacar con un formidable dragón de agua que se elevó majestuosamente desde sus manos. El choque entre el fuego y el agua generó un estruendo ensordecedor y una llamarada que iluminó el campo de batalla.

El vapor resultante envolvió a ambos guerreros, creando una cortina espesa que ocultaba sus movimientos. Entre las sombras del vapor, las siluetas de Tobirama e Izuna se desplazaban con agilidad, cada uno buscando la ventaja sobre el otro en medio de la confusión.

En la densa capa de vapor que envolvía la escena, Tobirama aprovechó la confusión para lanzar una serie de kunais hacia Izuna Uchiha. La agudeza del Sharingan de Izuna le permitió esquivar la mayoría de los proyectiles con una destreza notable, demostrando la confianza que tenía en sus habilidades heredadas.

Sin embargo, en medio de su seguridad, Izuna no sospechó que uno de los kunais lanzados por Tobirama llevaba consigo una peligrosa sorpresa. Con un estallido repentino, el kunai reveló ser una bomba, desencadenando una explosión que rompió momentáneamente la densa cortina de vapor.

La sorpresa en el rostro de Izuna fue evidente, su confianza momentáneamente sacudida por la inesperada estrategia del enemigo. La explosión no causó daños graves, pero fue suficiente para distraer al Uchiha, creando una apertura que Tobirama aprovechó al instante.

Amor en guerra. (Tobirama Senju Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora